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lunes, 9 de enero de 2017

Bases para una familia sana

La familia según el plan de Dios

Como cristianos que deseamos agradar a Dios, vivimos hoy atrapados entre dos polos extremos en relación con la familia. Por un lado tenemos el modelo de familia del mundo occidental, para muchos un símbolo de progreso y de modernidad. Los que siguen este modelo de familia occidental desacreditan e incluso ridiculizan el otro extremo, esto es, la familia tradicional,
la formada por un padre, una madre y varios hijos. Esta clase de familia tradicional se ve como una realidad ya pasada de moda, y la llaman "patriarcal"porque así suena como más obsoleta. La postura de los que están a favor de la familia moderna es que, en pleno siglo XXI la "familia patriarcal" ha sido superada por conceptos mucho más "progresistas". Son modelos en los que se glorifica la independencia de cada uno para  hacer "lo que bien le pareciere" en cada momento, guiados por una ética hecha al gusto del consumidor. 
Hoy día cada uno se organiza la familia a su manera como mejor le convenga. No importa que la familia esté compuesta sólo por una madre, un padre, dos madres o dos padres, lo único que importa es la libertad para hacerlo "a mi manera". En muchos colegios ya se está enseñando acerca de la llamada ideología de género que consiste en enseñar que uno no es hombre o mujer sólo por el sexo con el cual nació, sino que lo más importante es con qué género se identifica y con cual se siente más a gusto.
¿Pero cuál es el modelo correcto de familia? El modelo que la Biblia nos muestra es el modelo que Dios escogió y es un modelo realista. Esto significa que no hay familias perfectas porque todas cometen errores. Desde el principio, y desde la entrada en el mundo del pecado, la familia ha estado sujeta a problemas. Adán se lava las manos de cualquier culpa y señala toda responsabilidad sobre su esposa Eva."La mujer que me diste..."(Génesis 3:12) haciendo responsable a la vez a Dios mismo. Este patrón de conducta se repite hoy día en muchos matrimonios incapaces de asumir sus propios fallos. Esto nos lleva a preguntarnos..¿Cuales son las características de una familia sana?
Todos conocemos la historia de Rut y Noemí. En esta historia se nos presenta tres ingredientes que aparecen como características de una familia sana, pero a la vez realista: Sufrimiento- amor- restauración.
El sufrimiento. Este ingrediente está compuesto de circunstancias que no podemos cambiar. Es todo lo malo que nos acontece. En la historia bíblica de Rut y Noemí, el sufrimiento aparece en la familia. Primero, la familia tiene que emigrar a un país extranjero por causa del hambre (Rut 1:1) poco después las mujeres de esa familia tienen que enfrentar otro sufrimiento: la muerte de sus esposos (Rut 1:3-5) con el consiguiente desamparo que ello acarreaba en aquel tiempo.
 El sufrimiento está y estará presente en cada familia a lo largo de los años; y dependerá de cómo se enfrente cada nuevo sufrimiento lo que llevará a mantener o no la familia sana. 
El amor. Este segundo ingrediente se mostrará en mayor medida en la reacción de la familia a las circunstancias de sufrimiento que estén viviendo en un determinado tiempo. Es lo que hacemos ante lo que nos sucede en relación al resto de la familia. ¿Qué hizo Rut tras la muerte de su esposo? La historia nos cuenta que Noemí tras morir su esposo y sus hijos se disponía a regresar a su país (Rut 1:7) Rut decidió no romper los lazos de amor que había adquirido con su suegra Noemí, y marchar también con ella.
Cuando el amor se hace fuerte en una familia, los sufrimientos que puedan venir unen más a esa familia, y cada miembro en esa familia asume el problema de un miembro en particular, como suyo propio.
La restauración.
En la historia que estamos poniendo como ejemplo, Noemí es restaurada a través de su nuera Rut, cuando regresa a su lugar de nacimiento. Con la nueva boda de Rut con un pariente de Noemí, y el nacimiento de un niño, Dios restaura tanto la vida de Noemí, como la de Rut.(Rut 4) todo gracias a que ambas llevaron mutuamente sus sufrimientos y dieron muestras de amor mutuo.
Cuando por consiguiente mostramos dentro de nuestra familia amor y solidaridad en el sufrimiento de algún miembro, lo que conseguimos es beneficiarnos de la restauración que Dios dará a la familia cuando se presente esa necesidad.
La familia sana por consiguiente:
a) Sabe sobreponerse a los problemas porque hay una capacidad de lucha. En una familia sana, sus miembros se esfuerzan por superar los problemas y las adversidades que puedan afectarles. La salud de un matrimonio no se mide por lo mucho o lo poco que discutan, sino por el tiempo que tardan en reconciliarse. Hay ocasiones en que los golpes sobre la familia vienen de fuera: una enfermedad, un accidente, el paro. Tanto si los problemas son internos como si éstos vienen de fuera a modo de tragedia, la respuesta correcta consiste en afrontar tales circunstancias con serenidad, y buscar salidas bíblicas. Las familias inmaduras se derrumban cuando surgen tales problemas, son incapaces de buscar salidas y van buscando culpables. A veces la autocompasión los paraliza y se encierran en ellos mismos.
b) Sabe expresar el amor en sus distintas facetas. Hay ciertos momentos en la vida de una familia cuando no son suficientes las palabras y la expresión de sentimientos, sino que hay que actuar con decisión. El amor se trasmite mejor en la familia cuando se actúa con decisiones de amor, no con palabras o sentimientos sólo.
c) Sabe confiar en Dios como el arquitecto de su vida familiar. Sin Dios, la familia viene a ser como un edificio construido sobre la arena: le falta el cimiento (Salmo 127:1,2) Uno puede asistir a muchos cursos de terapia familiar o matrimonial y puede leer muchos libros relacionados. Todo eso aunque sea bueno, no es suficiente para lograr una familia sana. Dios es el que cuida y hace prosperar la familia cuando ésta se somete a Su voluntad. Podemos concluir señalando a las tres cualidades principales de una familia que glorifica a Dios y que son: 1) Compromiso con la vida familiar. Esto significa llevar o sacar adelante a la familia (1 Corintios 13::4-7)  2) Aprecio o respeto de unos por otros (1 Pedro 1:22) 
3) Unidad. Tanto en lo bueno como en lo malo. (Efesios 4:1-6)

Hemos estado viendo en esta ocasión aspectos o características de una familia NO perfecta, sino sana; capaz de comprender y ofrecer amor y unidad bajo la dirección divina. Esta es la llamada "familia tradicional" donde cada miembro juega un papel exclusivo y relevante en el plan perfecto del Creador de la familia. Un padre, una madre, y unos hijos en completa unidad.

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