Aprendiendo a orar |
La definición más simple de lo que es orar no es otra que decir que orar es hablar con Dios. Ahora bien, no es lo mismo orar que rezar como algunas personas suponen. Rezar es recitar una serie de oraciones que ya están elaboradas de antemano y que por lo tanto no salen principalmente de nuestro corazón, sino de nuestra mente. Por el contrario, orar, es derramar nuestro corazón delante de Dios con palabras no aprendidas, sino improvisadas, y en donde nuestra mente se une a nuestro corazón para establecer relación consciente con nuestro Señor y Salvador.
A todos nos gusta que al orar, todas nuestras peticiones sean escuchadas y contestadas. Sin embargo, en muchos casos vemos que no es así, y nos preguntamos el por qué Dios no responde cuando clamamos a él en oración.
Con respecto a ésto, debemos señalar dos cosas importantes. Primero: Dios siempre responde, ya sea con un sí, con un no, o con un espera. Lo que sucede es que a veces nos conviene ignorar su respuesta y declaramos que aún no nos ha respondido. Segundo: Dios ha veces no acepta o no puede contestar nuestras oraciones porque hay ciertas cosas que estorban en nuestra vida para que Dios pueda responder favorablemente a nuestras peticiones. Y de esos estorbos a la oración vamos a hablar a continuación.
Es muy importante que tengamos presente que los estorbos que podamos tener impiden que Dios mueva su mano a favor nuestro, y por eso debemos despojarnos de todo estorbo si deseamos ver cumplidas nuestras peticiones. Jesús dijo: "Pedid y se os dará..."(Mateo 7:7)
¿Qué impide pues que recibamos?
Principales estorbos a la oración.
a) Pedir mal. "Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar: combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites". (Santiago 4:2,3)
Hay ocasiones que pedimos a Dios pero no recibimos lo que pedimos, porque como dice la Palabra, estamos pidiendo mal, en el sentido de que pedimos egoistamente, pensando sólo en nuestro bien personal. Muchos cristianos presentan ante Dios sólo peticiones personales, olvidándose con ello del necesitado, del enfermo, o de las almas que diariamente se pierden en el infierno. A Dios le agrada que primeramente pensemos en nuestro prójimo y en sus necesidades, ya que esto formará en nosotros un corazón humilde, siendo esta clase de corazón, el que Dios atiende.
b) Motivos equivocados. "Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa". (Mateo 6:5) Este es otro de los estorbos que podemos encontrarnos al orar: pedir equivocadamente o por motivos equivocados. Al igual que aquellos hipócritas del pasaje de Mateo que oraban para ser vistos y con ello alabados, nosotros también podemos estar orando o elevando peticiones al cielo de manera equivocada. ¿Cómo saber entonces que estoy orando y pidiéndole a Dios de manera correcta ? Toda nuestra vida cristiana debe estar centrada en la Palabra de Dios. Por consiguiente, cuando lo que pidamos no esté apoyado por la Palabra de Dios, sabremos que estaremos pidiendo equivocadamente. Obtener un trabajo con mentiras y pretender que Dios obre en ello, no está apoyado por la Palabra de Dios. Recibir sanidad mediante la visita a curanderos o supuestos "sanadores" no está apoyado por la Palabra de Dios. Obtener ganancias mediante engaño u obras fraudulentas, no está apoyado por la Palabra de Dios. Tengamos cuidado entonces por los motivos por los cuales oramos a Dios y no pretendamos que Dios actúe cuando lo que estemos haciendo no tenga apoyo bíblico.
c) Albergar orgullo."Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, más al altivo mira de lejos". (Salmo 138:6)
Este tercer estorbo es el del orgullo. Cuando un cristiano pide a Dios algo en oración y su corazón está cargado de orgullo, la Palabra de Dios dice que Dios lo mira de lejos, ya que una de las cosas aborrecibles por Dios es el orgullo (Proverbios 6:16) Los oídos de Dios están cerrados a las oraciones que provienen de corazones orgullosos que se creen autosuficientes o con el derecho de recibir todo cuanto pidan, ya que se piensan merecedores de ello. Por el contrario, Dios nunca deshecha un corazón humillado dispuesto a depender totalmente de la gracia y la misericordia de Dios. Todo cuanto podamos recibir proviene del Padre, quien nos da indiscriminadamente y en base a nuestro bien personal. Santiago 1:17 dice así: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación".
Dios no favorece a unos y a otros no. Dios es imparcial y otorga favores a justos y a injustos sólo por amor y misericordia.
d) Tener un espíritu no perdonador. "Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda".
Claramente vemos en este pasaje que el Señor no aceptará nada de nosotros ni atenderá nuestras peticiones si hay algo malo, alguna especie de contienda, entre una persona y yo. Es importante fijarnos que aquí Jesús no dice que si nosotros tenemos algo contra alguien vayamos y nos reconciliemos, sino que Jesús dice que si esa persona tiene algo contra nosotros, seamos nosotros quienes vayamos a reconciliarnos. Esto significa que ya sea que yo tenga algo contra alguien, o ese alguien tenga algo contra mí, debo ser yo siempre, quien deba dar el primer paso en la reconciliación, ya que de otra manera, mi oración y petición puede no ser contestada.
A veces tenemos en nuestro corazón acumulado tanto dolor por daños que nos han causado, que cerramos completamente la puerta del perdón, provocando con ello, daños aún mayores en nuestra alma. Es necesario perdonar para liberarse y recibir sanidad espiritual. Lo que debe llevarnos a perdonar no es un sentimiento que necesitemos experimentar. El perdón es una decisión que tomamos por nuestro bien, no es un sentimiento que deba surgir.
Muchos cristianos no reciben de Dios porque tienen este estorbo en ellos. Pero basta sólo decidir perdonar y quitarnos esta carga, para que también esa barrera entre Dios y nosotros caiga y podamos recibir lo que Dios quiere darnos.
e) Tener duda. "Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra."(Santiago 1:6)
Muchos creyentes oran a Dios sólo como rutina, sin tener plena confianza en el poder de Dios ni en la misma persona de Dios. ¿De qué vale que uno ore a Dios pidiéndole por algo de lo cual duda que vaya a recibir? La duda es la antítesis de la fe. Si la Palabra de Dios dice en Hebreos 11:6 que sin fe es imposible agradar a Dios, ciertamente podemos afirmar que la duda, que es lo contrario a la fe, desagrada a Dios. ¿Qué implica la duda en una persona si no es desconfianza? Luego, si no confiamos lo suficiente en Dios, habiendo duda, por la desconfianza, de ninguna manera podremos obtener lo que estemos pidiendo. Lo primero entonces es desechar toda desconfianza y suprimirla por confianza. Esto se obtiene sólo a través de una estrecha relación con Dios. De la misma manera que no podemos confiar en alguien hasta que no lo conocemos bien por medio de pasar tiempo con esa persona, de igual forma, la confianza en Dios no se dará hasta que no conozcamos bien a nuestro Señor por medio de pasar tiempo con él. Será entonces cuando toda duda se eliminará en nosotros, y podremos con total confianza, venir a nuestro Señor pidiéndole por nuestra necesidad, estando convencidos que él obrará en su voluntad para nuestro bien.
¿Qué estorbos hemos identificado en nosotros a través de este estudio? ¿Tal vez estemos pidiendo mal, por motivos equivocados, estemos albergando orgullo, o un espíritu no perdonador, o tal vez tengamos dudas?
Examinemos nuestro corazón y si encontramos alguno de estos estorbos, decidamos desde hoy mismo apartarlos. Dios quiere darnos conforme a su voluntad, pero a veces no puede por causa de estas cosas. Que ninguna de ellas sea motivo para robarte las grandes bendiciones que nuestro Dios tiene para tu vid
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