La Pascua (Pésaj)
"En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová" (Levítico 23:5)
Con la fiesta de la Pascua entramos en la primera de las fiestas de Dios ordenadas para el pueblo de Israel. Esta fiesta entra dentro de las fiestas de la primavera junto con la fiesta de los panes sin levadura, la fiesta de las primicias, y la fiesta de las semanas o Pentecostés. La Pascua fue la primera fiesta que el pueblo de Israel celebró estando por salir de la esclavitud en Egipto.
Como bien dijimos sobre las fiestas de Dios, ellas son simbólicas y proféticas. Estas primeras cuatro fiestas llamadas "las fiestas de primavera" están relacionadas con la primera venida de nuestro Señor Jesucristo. Las tres últimas fiestas son las llamadas "fiestas de otoño" y están relacionadas con la segunda venida de Cristo a la tierra.
Para demostrar que realmente Cristo cumplió proféticamente con las fiestas de Dios en las fiestas de la primavera, vamos a ir desmenuzando los detalles de cada una de estas fiestas para ver su cumplimiento en Cristo.
La Pascua. En el libro de Éxodo, en el capítulo 12 se habla extensamente sobre el principio de la fiesta de la Pascua. Hay varios detalles sobre el cordero que se ofrecía en la fiesta de la Pascua, y que debemos analizar.
a) El cordero se escogió en el 10 del mes de Nisán (Marzo-Abril) (Éxodo 12:3) Fue en el día 14 cuando el cordero se sacrificó y su sangre fue rociada sobre los dos postes y el dintel de la casa de cada israelita (12:6,7)
b) Este cordero debía ser sin defecto (12:5)
c) No debía de quedar nada del cordero por la mañana (12:10)
d) La sangre rociada sobre los dinteles de las casas sería señal para salvación. Todo aquel que no tuviera la marca de la sangre, moriría (12:13)
e) Esta fiesta sería celebrada cada año en el pueblo de Israel como fiesta solemne a Dios por todas las generaciones (12:14)
Unos 1.450 años más tarde, alguien llamado Juan, profeta, que bautizaba en el río Jordán a los arrepentidos por sus pecados, vio venir hacia él a Jesús y exclamó: "He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29) Con esta afirmación, Juan estaba declarando que Jesús era el cumplimiento profético de aquel cordero que cada año, el pueblo de Israel debía matar para el perdón provisional de sus pecados.
Muchos, creyeron realmente al Mesías como el cordero profetizado desde el principio. Sin embargo, los líderes judíos, fariseos, saduceos, e intérpretes de la ley, fueron reacios a creer en Jesús como el Mesías esperado. Ellos estaban ciegos a las señales tan claras que se manifestaban delante de sus ojos, y prefirieron condenarse en lugar de aceptar la realidad.
Todos los detalles de aquel cordero pascual que se sacrificaba de año en año, se dieron en Cristo. Para probarlo, vamos a estar repasando los detalles sobre el cordero sacrificial para ver su cumplimiento en Jesús.
a) El cordero se escogía el 10 de Nisán, para sacrificarlo el 14.
En el tiempo de Jesús, los sacerdotes junto con el Sumo Sacerdote, tenían la responsabilidad de inspeccionar cada cordero que se traía para la fiesta de la Pascua. Ese día, el 10, el sumo sacerdote sale del monte del Templo para recorrer un sendero donde a cada lado hay cientos de levitas con grandes ramas de palmeras y cedros abriendo paso al Sumo Sacerdote para que pueda salir y escoger en los rediles, el más perfecto cordero para la fiesta de ese año.
Fue ese mismo día donde según nos relata Juan 12:12, 13 " ...Grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡ Hosanna!¡ Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!" Lo que aquella gente estaba gritando era lo que se acostumbraba a decir mientras el Sumo Sacerdote recorría aquella senda con el cordero para el sacrificio. Ese día, los cientos de discípulos de Jesús se unieron a la multitud que cada año vociferaban lo mismo haciéndolo como ensayo para el Gran Día. Ellos no sabían que aquel día había llegado en la persona de Cristo y mandaron al Señor hacer callar a sus discípulos.
Desde ese día en adelante, la Palabra nos dice que los principales sacerdotes estuvieron pendiente de él para ver si lo pillaban en alguna falta, a fin de acusarle y condenarlo "...Pero no durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo" (Mateo 26:5) El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo estaba siendo inspeccionado.
b) El cordero pascual debía ser sin defecto.
Todo cordero en el cual se hallase alguna falta física, que fuese ciego, cojo...era desechado y no valía para ofrecerlo a Dios. Sabemos que Jesús vino como hombre a la tierra, pero él también era Dios. Si Jesús hubiera tenido un solo pecado, no hubiera sido válido para ofrecerse en sacrificio por nosotros y aún estaríamos muertos en nuestros delitos y pecados. Hebreos 4:15 lo expone claramente al decir: "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda comparecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado".
c) No debía de quedar nada del cordero por la mañana.
Todo cordero destinado a ser sacrificado en la fiesta de la Pascua, debía ser comido enteramente por la familia. Es por esto que la Palabra dice que si la familia fuera pequeña como para comer el cordero, se uniera a otra familia y juntas comieran del cordero.
Jesucristo cumplió con este detalle profético ya que los evangelios narran que bajaron su cuerpo cuando estaba ya muerto, a fin de que no quedara en la cruz en el día de reposo (Juan 19:31) Los judíos no podían permitir que una vez muerto, llegara la mañana y siguiera colgado. Nada del Cordero quedó en aquella cruz por la mañana.
d) La sangre rociada sobre los dinteles de las casas sería para salvación.
El pecado de la humanidad, no podía ser expiado por nadie más que no fuera perfecto e impecable. Cuando una persona recibe sobre ella la sangre del sacrificio de Cristo, esa persona es hecha limpia y justificada delante de Dios. Por medio de rociar los israelitas los postes de sus casas y evitar la destrucción, se estaba enseñando que es sólo la sangre del futuro Cordero perfecto, quien quitaría el pecado de toda la humanidad, como así ocurrió con Cristo.
Además de todo este simbolismo profético que hemos estado viendo, hay muchas más señales con respecto al cordero pascual que Cristo cumplió. Por ejemplo, el cordero debía ser sacrificado "Entre las dos tardes" (Éxodo 12:6) En el pensamiento hebreo, el sol empieza a caer a las 12 y un minuto. Ahí es donde comienza la primera tarde. La segunda tarde es cuando el sol está abajo, justo al anochecer, a las 7 pm. Es en todas esas horas (entre las dos tardes) que se sacrificaban todos los corderos para la Pascua, antes de las 7 de la tarde, exactamente terminaban una hora antes, a las 6, para no incumplir con la Torá. La Palabra de Dios nos dice en Lucas 23:44-46 que Jesús murió "cuando era como la hora sexta" La "sexta" hora era las 12 pm, y era la hora cuando se comenzaba a sacrificar a los corderos. Cristo murió, sin lugar a dudas, minutos después de las 12 como el Perfecto cordero pascual. Sin embargo, pocos minutos antes, cuando el Señor sabía que había llegado su hora, clamó diciendo "tengo sed" (Juan 19:28) Esas mismas palabras pronunciadas por Jesús, junto con la de "consumado es" eran las mismas que el Sumo Sacerdote pronunciaba cuando terminaba de sacrificar el último cordero pascual de ese año. Cristo las pronunció concluyendo para siempre los rituales de sacrificios, no por ese año, sino para siempre. Aquellos cientos de años en los que el pueblo de Israel habían estado ensayando en la simbología de la Pascua, había llegado, y el mismo pueblo del Señor, ni se había percatado de ello.
Con esta primer fiesta de Dios, la fiesta de la Pascua, Jesús cumplió al más mínimo detalle, todo lo que en la Ley estaba escrito sobre el cordero pascual. ¿Seguiría cumpliendo a la perfección las siguientes tres fiestas restantes llamadas "las fiestas de la primavera"? Y lo más importante... ¿Cumplirá nuestro Señor con las "fiestas del otoño? Eso lo veremos en los siguientes estudios sobre "Las fiestas de Dios. Relación y cumplimiento en Cristo".
"Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (Mateo 5:18)
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