Tabernáculos (SukKot)
"Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días" (Levítico 23:33,34)
Con la fiesta de los Tabernáculos entramos en la última de las fiestas llamadas "de otoño"y que completan las fiestas que Dios estableció a su pueblo para que fuesen festejadas.
Como ya hemos dicho, las cuatro primeras fueron cumplidas por Jesús en su primera venida (Pascua, Panes sin levadura, Primicias y Pentecostés)
Las tres últimas que restan también serán cumplidas, pero en su segunda venida.
Con la fiesta de las Trompetas dio comienzo las fiestas del otoño, seguida a los diez días por la fiesta del Día de Expiación, y concluyendo con la fiesta de los Tabernáculos. La fiesta tiene lugar del 15 al 22 de Tisri (Septiembre - Octubre) y es una fiesta solemne para Israel.
Esta fiesta recibió su nombre de la costumbre de morar en cabañas de enramadas durante su celebración (Lv 23:40-42). Cuando el Templo fue construido, estas enramadas se erigían en las plazas de Jerusalén, sobre los techos, terrazas, dentro de los patios de las casas, en los recintos del Templo (Neh. 8:16), y fuera de los muros de la ciudad. Esta fiesta, que cerraba el ciclo de solemnidades (Lv 23:39), se celebraba en el mes séptimo del año religioso, cuando finalizaban las cosechas y la vendimia. Es por esta razón que al principio se le dio el nombre de «fiesta de la cosecha»; pero al mismo tiempo tenía que recordar la peregrinación en el desierto, pasada bajo las tiendas (Ex 23:16),( Ex 34:22),( Lv 23:39),( Dt 16:13-15).Cada siete años, el año sabático, no había cosechas; entonces se debía leer en público la Ley de Moisés con ocasión de la fiesta de los tabernáculos (Dt 31:9-13) El pueblo, purificado de sus pecados, cantaba las alabanzas de Dios. Los indigentes no debían ser olvidados (Dt 16:14). En el octavo día se celebraba una asamblea solemne, distinta de la fiesta: no se estaba obligado a morar en tiendas; los sacrificios de este día de reposo eran independientes de los de la fiesta de los Tabernáculos (Lv 23:36),( Nm 29:35-38). Este octavo día no marcaba el fin de la fiesta de los Tabernáculos, sino que cerraba el ciclo anual de las fiestas.
La festividad de Tabernáculos es también conocida como el festival de las Enramadas. También se le conoce como Festival de los Refugios; en la antigüedad se le denominaba el Festival de la Cosecha Final o el Festival de la Recolección (ver Éxodo 23:16)
En contraste con la festividad del Día del Perdón, la festividad de Tabernáculos es una ocasión de gran alegría y de dar gracias a Dios por todo lo que nos ha dado, coincidiendo con el final de la temporada de cosechas de granos y frutos.
A diferencia de la fiesta de las Trompetas en la cual la luna es oscura (no hay luna, como Jesús profetizó en Mateo 24:29 ) la fiesta de Tabernáculos se celebra con la luna en todo su esplendor.
La palabra "tabernáculos" es Sukot, lo cual es una cabaña, una enramada, una carpa. Es un lugar de morada temporal.
La fiesta conmemora no sólo cuando el pueblo de Israel habitaba en tiendas en el desierto, sino también conmemora la construcción del primer Tabernáculo donde habitaba temporalmente el Espíritu de Dios.
Esta era la séptima fiesta del año, ocurría durante el séptimo mes, la cual sucedía durante la séptima luna del año, y se celebraba por siete días, más un día añadido, u octavo día. Dios escogió toda esta sucesión de "sietes" porque hay siete milenios desde la creación hasta el final. Ese octavo día de la fiesta de los Tabernáculos separado es el llamado "Gran día" y está conectado al Milenio y al nuevo cielo y la nueva tierra profetizados por la Palabra.
Una costumbre llevada a cabo en la fiesta de los Tabernáculos era la libación de agua. El agua en los tiempos bíblicos como hoy día era importantísima, ya que por ella se podía conseguir una buena cosecha y tener prosperidad. Todos los días durante la fiesta (la última cosecha del año ya había sido recogida) y para agradecer a Dios por lo que hará el próximo año, ellos derramaban agua sobre el altar que estaba en el patio del Templo durante los siete días de la fiesta. Esa agua era recogida del estanque de Siloé y transportada en una vasija de oro. En un principio, la fiesta era una súplica para implorar la lluvia, tan necesaria en una tierra amenazada por la sequía; pero más tarde el rito se convirtió en una evocación del agua que Dios hizo brotar de la roca para los judíos durante su travesía del desierto (Números 20:1´13)
En ese mismo patio del Templo, se encendían unas enormes lámparas de aceite que iluminaban de una manera espectacular. Las mechas para estas luces eran hechas de las vestiduras viejas y gastadas de los sacerdotes. Las lámparas se elevaban sobre el patio y resplandecían con una luz tan brillante, que no había ningún patio en toda Jerusalén que no fuera iluminado por la luz del Festival de la Libación de Agua. Esa luz era llamada la "luz del mundo". Jesús mismo afirmó en esta fiesta, cuando aquella gigantesca luz era encendida, que El era la Luz del mundo. Además, también se atrevió a decir en esa libación de agua que era derramada sobre el altar, que si alguno tenía sed, que viniera a El y bebiera (leer Juan 7:37- 8:12) Cada uno de ésto era profético. Las vasijas de agua que se usaban, por ejemplo, eran cuatro, sostenidas por un solo póster. Las mechas como dijimos eran hechas de las vestiduras sacerdotales. En Juan 19:23 leemos que cuando crucificaron a Jesús, los soldados tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes y tomaron también la túnica que era sin costura, de una sola pieza. Los soldados si saberlo, estaban haciendo de esas cuatro partes de sus vestidos, cuatro mechas (las cuatro partes de sus vestiduras) para las cuatro puntas del mundo. Cada mecha era para cada esquina del mundo. Jesús con su muerte, estaba llevando la salvación a los cuatro puntos cardinales.
Una costumbre llevada a cabo en la fiesta de los Tabernáculos era la libación de agua. El agua en los tiempos bíblicos como hoy día era importantísima, ya que por ella se podía conseguir una buena cosecha y tener prosperidad. Todos los días durante la fiesta (la última cosecha del año ya había sido recogida) y para agradecer a Dios por lo que hará el próximo año, ellos derramaban agua sobre el altar que estaba en el patio del Templo durante los siete días de la fiesta. Esa agua era recogida del estanque de Siloé y transportada en una vasija de oro. En un principio, la fiesta era una súplica para implorar la lluvia, tan necesaria en una tierra amenazada por la sequía; pero más tarde el rito se convirtió en una evocación del agua que Dios hizo brotar de la roca para los judíos durante su travesía del desierto (Números 20:1´13)
En ese mismo patio del Templo, se encendían unas enormes lámparas de aceite que iluminaban de una manera espectacular. Las mechas para estas luces eran hechas de las vestiduras viejas y gastadas de los sacerdotes. Las lámparas se elevaban sobre el patio y resplandecían con una luz tan brillante, que no había ningún patio en toda Jerusalén que no fuera iluminado por la luz del Festival de la Libación de Agua. Esa luz era llamada la "luz del mundo". Jesús mismo afirmó en esta fiesta, cuando aquella gigantesca luz era encendida, que El era la Luz del mundo. Además, también se atrevió a decir en esa libación de agua que era derramada sobre el altar, que si alguno tenía sed, que viniera a El y bebiera (leer Juan 7:37- 8:12) Cada uno de ésto era profético. Las vasijas de agua que se usaban, por ejemplo, eran cuatro, sostenidas por un solo póster. Las mechas como dijimos eran hechas de las vestiduras sacerdotales. En Juan 19:23 leemos que cuando crucificaron a Jesús, los soldados tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes y tomaron también la túnica que era sin costura, de una sola pieza. Los soldados si saberlo, estaban haciendo de esas cuatro partes de sus vestidos, cuatro mechas (las cuatro partes de sus vestiduras) para las cuatro puntas del mundo. Cada mecha era para cada esquina del mundo. Jesús con su muerte, estaba llevando la salvación a los cuatro puntos cardinales.
Otro hecho interesante a tener en cuenta es que cuando los sacerdotes llegaban con el agua recogida del estanque de Siloé al patio del Templo, en la parte izquierda habían dos vasijas de plata en el borde del altar. Una de ellas era usada para meter vino dentro, mientras que la otra era usada para llenarla de agua durante esta fiesta. Tanto el vino, que representaba la sangre, como el agua, eran derramados a la vez sobre el altar, en el último gran día. Jesús declaró en la llamada "última cena" que el vino que estaban tomando, sería el nuevo pacto en su sangre. Cuando Jesús fue crucificado y murió, las Escrituras relatan que un soldado le traspasó con una lanza su costado y salió agua y sangre (Juan 19:34) ¡¡¡Jesús es la ceremonia de la Libación del Agua!!! El estaba derramando sangre y agua como se hacía en la fiesta de Tabernáculos. El dijo que era el agua de vida, y sabemos que su sangre nos da vida eterna. Sangre y agua derramadas del cuerpo de Cristo. Jesús cumplió todo detalle profético a la perfección.
La fiesta de Tabernáculos era la fiesta grande y llena de gozo en la que abundaba la comida. Todo judío ahorraba durante todo el año para esta fiesta. Ella está conectada al último tiempo de la historia de la humanidad, donde nuestro Dios, habiendo acabado su obra, se regocija junto a sus santos. Se piensa que la fiesta está relacionada con las Bodas del Cordero y la entrada al Milenio, donde al haberse completado el número de los fieles de Dios, éstos festejarán. La Novia, por fin se unirá al Novio y vivirán juntos por la eternidad.
PASCUA - Jesús muere, y su muerte nos justifica.
PAN SIN LEVADURA - Jesús sin pecado, redime al mundo.
PRIMEROS FRUTOS O PRIMICIAS - Jesús se levanta de los muertos
PENTECOSTÉS - Jesús envía su Espíritu
TROMPETAS - Jesús regresa a por los suyos
DÍA DE EXPIACIÓN - Día del juicio de Dios. Jesús como Juez.
TABERNÁCULOS - Jesús reina en el Milenio
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