paginas

sábado, 21 de octubre de 2017

Los Evangelios y sus autores (Juan)

Evangelio de San Juan

Juan, él más joven de los doce apóstoles, escribió este evangelio algún tiempo después de que Mateo, Marcos y Lucas escribieron los suyos, entre el 85-90 d.C, y su propósito fue suplementar los mensajes escritos de los otros evangelistas.

Los primeros tres evangelios han sido llamados "sinópticos"(del griego "ver juntos") debido a que presentan en general el mismo punto de vista de la vida y enseñanza  de Cristo. El evangelio de Juan es un libro extraordinario. Trata de los asuntos más profundos de la vida, usando un estilo directo y simple. Juan presenta a Jesús como el Hijo de Dios y el "unigénito del Padre." El versículo 16 del capítulo 3 ha sido llamado "el corazón del evangelio". Juan también estaba pensando en las enseñanzas del gnosticismo, para desenmascararlo con la verdad del evangelio.  Aunque el nombre del autor no aparece en el Evangelio, la tradición de la iglesia primitiva fuerte y consecuentemente lo identificó como el apóstol Juan. El padre de la iglesia primitiva Ireneo (130-200 d.C.) fue un discípulo de Policarpo (70-160 d.C.), quién su vez fue un discípulo del apóstol Juan, y él testificó en la autoridad de Policarpo que Juan escribió el Evangelio durante su residencia en Éfeso, en Asia Menor, cuando él era avanzado en edad. Después de Ireneo, todos los padres de la iglesia dieron por sentado que Juan era el escritor del Evangelio. Clemente de Alejandría (150-215 d.C.) escribió que Juan, consciente de los hechos establecidos en los otros Evangelios y siendo guiado por el Espíritu Santo, compuso un "evangelio espiritual.
Reforzando la tradición de la iglesia primitiva, hay características significativas internas del Evangelio. Mientras que los Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas) identifican al apóstol Juan por nombre aproximadamente veinte veces. El no es mencionado directamente por nombre en el Evangelio de Juan. En lugar de esto, el autor prefiere identificarse a sí mismo como el discípulo "al cual Jesús amaba" (13:12; 19:26; 20:2; 21:7, 20). La ausencia de cualquier mención del nombre de Juan directamente es impresionante cuando uno considera la participación importante que tuvieron otros discípulos que son nombrados en este Evangelio. Sin embargo, la designación continua de sí mismo como el discípulo "al cual Jesús amaba", una evasión deliberada por parte de Juan de su nombre personal, refleja su humildad. Ninguna mención de su nombre fue necesaria debido a que sus lectores originales claramente entendieron que él era el autor del Evangelio. Debido a que el autor del Evangelio es exacto en mencionar los nombres de otros personajes en el libro, si el autor hubiera sido alguien fuera del apóstol Juan, no habría omitido el nombre de Juan. El Evangelio de Juan es el único de los cuatro que contiene una afirmación precisa del propósito del autor (20:30, 31). Él declara: "Estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre" (20:31). Los propósitos primordiales, entonces, son dos: evangelístico y apologético. Reforzando el propósito evangelístico está el hecho de que la palabra "creer" se usa aproximadamente cien veces en el Evangelio (los sinópticos usan el término menos de la mitad de esta cantidad). Juan compuso su Evangelio para proveer razones de la fe salvadora en sus lectores y como resultado, para asegurarles que recibirían el regalo divino de vida eterna. (1:12). 
El propósito apologético está relacionado muy de cerca al propósito evangelístico. Juan escribió para convencer a sus lectores de la verdadera identidad de Jesús como Dios-Hombre encarnado cuyas naturalezas divina y humana estaban perfectamente unidas en una persona quien era el Cristo ("Mesías") profetizado y Salvador del mundo (1:41; 3:16; 4:25, 26; 8:58). El organizó su Evangelio alrededor de ocho "señales" o pruebas que refuerzan la verdadera identidad de Jesús llevando a la fe. La primera mitad de su obra se centra alrededor de siete señales milagrosas seleccionadas para revelar la persona de Cristo y producir fe: 1) agua convertida en vino (2:1-11); 2) la sanidad del hijo del hombre noble (4:46-54); 3) la sanidad del hombre paralítico (5:1-18); 4) la alimentación de la multitud (6:1-15); 5) caminando sobre agua (6:16-21); 6) la sanidad del hombre ciego (9:1-41); y 7) la resurrección de Lázaro (11:1-57). La octava señal y última es la pesca milagrosa (21:6-11) después de la resurrección de Jesús.

"Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros".( Éxodo 3:14)

Los 7 "Yo soy" del Señor Jesús
A través de los 7 "Yo soy",Jesús estaba declarando su divinidad indiscutible.
Jesús les dijo: "De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy".
Juan 8:58

-“Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35, 41, 48, 51). El punto de partida de la vida espiritual es alimentarse de lo que viene de Dios. Es aceptar el valor de la muerte de Jesús para expiar mis faltas, y escuchar su enseñanza.

Yo soy la luz del mundo (Juan 8:12). Y luego, ¿cómo estar seguros de ir por el buen camino? Siguiendo a Jesús, orándole sin cesar, como si fuésemos de la mano. Entonces tendremos la luz de la vida.

–“Yo soy la puerta (Juan 10:7, 9). Jesús es la puerta para entrar hacia el Padre, así como en la familia de Dios, donde estaremos protegidos y recibiremos alimento.

Yo soy el buen pastor” (Juan 10:11, 14). No es un jefe ni un profesor, sino un pastor que nos ama y nos cuida. Dio su vida para salvarnos; nosotros le pertenecemos. ¡Él nos rescató! (1 Pedro 1:18).

Yo soy la resurrección y la vida (Juan 11:25). ¿Hasta dónde iremos con el Señor? Más allá de la muerte, hasta la eternidad. Por medio de su resurrección nos abrió el nuevo ámbito de la vida eterna.

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Es el camino hacia la casa del Padre, hacia Dios mismo; es la verdad sobre nosotros y sobre Dios, sobre su amor y su justicia. Es la verdadera vida, la cual consiste en conocer a Dios el Padre y al Señor Jesús.

Yo soy la vid verdadera (Juan 15:1, 5). ¿Cómo honrar a Dios? Sólo a través de Jesús, permaneciendo unidos a él, la verdadera vid, tendremos una vida productiva para Dios.

El Apóstol Juan

  • Los demás apóstoles murieron martirizados, y solo Juan murió de vejez.
  • Su padre se llamaba Zebedeo (Mat. 4:21) 
  • Su madre era Salome (Mat. 27:56; Mar 15:49) la cual comparándose con Juan 19:25 era la hermana de María la madre de Jesús.
  • Juan era el primo de Jesús y siendo más o menos de la misma edad, puede haberle conocido desde la niñez.
  • Juan era comerciante más o menos acomodado. Era uno de los cinco socios de una empresa pesquera de importancia suficiente como para emplear trabajadores a sueldo (Mar. 1:16:20).
  • Además de su negocio de pesca en Capernaum, tenía casa propia en Jerusalén (Juan 19:27), y era conocido del sumo sacerdote (Juan 18:15, 16)
  • Era discípulo de Juan el Bautista (Juan 1:35, 40)
  • Por testimonio del Bautista, Juan se hizo luego discípulo de Jesús  (Juan 1:35-51)
  • Unos de los primeros cinco discípulos de Jesús, y regreso con Jesús a Galilea (Juan 2:2, 11)
  • Jesús le apodo “Hijo de Trueno” (Marcos 3:17), lo cual parece indicar un carácter vehemente y violento, pero cambiado años más tarde. 
En Juan, Jesús no entra en cuestiones de orar, ayunar, matrimonio, riquezas, como lo hace en otros Evangelios. En vez de eso, las relaciones de uno con Dios, los demás y el mundo se resumen en la palabra amor. El amor que Dios siente por su Hijo (3.35; 15.9) pasa a través de su Hijo a los que son suyos (13.1). Como recipientes del amor de Dios, los cristianos deben amar a Dios amándose unos a otros (13.34). Este amor que une a los creyentes es también un testimonio al mundo. Juan 3.16 expresa la verdad teológica básica del evangelio: "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna"


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.Si te ha gustado haz clik en;Me gusta