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lunes, 27 de noviembre de 2017

Estudio de la iglesia en Corinto (8)

2ª Carta a los corintios
(Capítulos del 1 al 6)
La segunda carta que tenemos escrita a los corintios se escribió alrededor del año 56 d.C, un año después de la primera. La carta fue enviada por medio de Tito. La iglesia recibió la carta, se arrepintió de permitir en la iglesia al hermano fornicario y puso al miembro en disciplina.
Después Pablo salió de Éfeso rumbo a Macedonia donde esperaba encontrarse con Tito en Troas. No lo halló al principio, pero luego siguió a Macedonia donde lo encontró. (2 Corintios 2:12) Pablo entonces se regocijó con el informe de Tito, y escribió segunda de Corintios para estimular a los creyentes a aclarar cualquier malentendido y preparar el camino para su tercera visita.
La segunda visita que Pablo hizo a Corinto fue mal por causa de algunos falsos apóstoles y obreros fraudulentos que habían entrado en Corinto. Ellos habían atacado el honor de Pablo, su apostolado y su ministerio. Estos falsos apóstoles dijeron que Pablo era un cobarde, que no portaba carta de recomendación y que vivía de acuerdo a normas mundanales. Esta vez se trataba de judíos cristianos que, de modo parecido a los judaizantes, proclamaban otro evangelio. Ellos no procuraban obligar a los gentiles de Corinto a circuncidarse, pero si trataban de dominarlos usando una autoridad más severa que la que Pablo había usado. 
La conducta cristiana
La segunda carta a los corintios es una carta mas personal que doctrinal. En esta carta el apóstol Pablo vierte sus más hondos sentimientos cuando defiende su autoridad espiritual. La epístola comienza, después de alabar y dar gracias a Dios, narrando ciertas aflicciones que Pablo sufrió (1:8-11) Pablo no dice exactamente cuales fueron sus tribulaciones. Esas tribulaciones pueden haber incluido enfermedad grave , conspiraciones contra su vida, y problemas similares. Pablo había soportado en su ministerio cárcel, azotes, apedreamiento, naufragio, hambre...A todo esto, la constante preocupación por las iglesias, ya que el diablo estaba tratando de destruir las iglesias mediante la persecución y la falsa doctrina.
Pablo había pospuesto su visita a Corinto (15) El cambio en los planes de viaje de Pablo era lo que había producido acusaciones tales como: "Ustedes no pueden confiar en él; no mantiene sus promesas; no es sincero, es un cobarde, tiene miedo de volver". Sin embargo Pablo no fue para no provocar con su dureza y su celo pastoral la enemistad de algunos (23)  
En el capítulo dos de 2 Corintios se presentan dos casos de relaciones penosas en las que era necesaria la consolación. Los versículos del 1 al 4 nos habla de la tristeza profunda del apóstol Pablo. Esto se refiere a su penosa visita. Pablo no deseaba esa clase de relación, llena de acusaciones. Pablo también nos habla respecto de la tristeza de toda la iglesia, así como de la tristeza de un hermano que había pecado y que estaba en disciplina (5-11) Esta persona estaba recibiendo en ese momento consolación y perdón. La persona era alguien que había insultado a Pablo desafiando su autoridad. Su pecado era grave, pues había constituido una ofensa para toda la iglesia. No obstante, la disciplina tuvo el efecto deseado y había llegado el momento de la restauración. Pablo hizo un llamado a la iglesia para que lo perdonaran y lo consolaran ya que había mostrado un profundo arrepentimiento.

En el capítulo tres encontramos a Pablo defendiendo una vez mas su ministerio en los primeros versículos. Los falsos maestros y apóstoles decían que Pablo no era un apóstol porque no tenía credenciales de la iglesia de Jerusalén. Sin embargo, Pablo contaba con mejores cartas: los corintios mismos (3:2)
Al hablar de los resultados de su ministerio, Pablo no quería que los corintios pensaran que él se jactaba de su obra. Pablo nos dice que su ministerio tuvo éxito porque Dios, por medio del Espíritu Santo, lo hizo competente. 
Pablo se presentó ante ellos no como un jefe exigiendo obedecer sus ordenes, sino como el padre espiritual  de ellos, y como su siervo.
En el Nuevo Testamento las ideas de ministrar y de servir están relacionadas. Ministrar se define como "velar sobre, servir". Ministrar es actuar en calidad de siervo. En el versículo 6 del capítulo 3 Pablo nos muestra que somos ministros de un nuevo pacto. La palabra griega para "nuevo" aquí es Kainos y tiene también significado de diferente y mejor. Pablo hace entonces un contraste entre los pactos antiguo y nuevo, o el pacto de la ley y el pacto de la gracia (3:7-11) Cuando Pablo dice en el versículo 6 que "la letra mata" se está refiriendo a la ley mosaica. Esta ley mataba porque no se podía cumplir totalmente. Sin embargo, el nuevo pacto escrito por el Espíritu Santo en nuestros corazones nos da vida o nos vivifica (6)
Seguimos avanzando en esta segunda carta a los corintios, y ya en el capítulo 4 la Palabra nos habla que como ministros del nuevo pacto, dejamos atrás todo lo oculto y vergonzoso que haya podido haber en nosotros (4:1-6) ya en el versículo 7 se nos dice que tenemos este tesoro del Espíritu de Dios en vasos de barro, es decir, en un cuerpo físico, que fácilmente se puede quebrar, para que toda la gloria sea de Dios. Además, las tribulaciones que pasamos nos ayudan a obtener la gloria eterna que es más valiosa, para así enfocarnos en lo invisible y eterno.
Cuando leemos el capítulo 5 vemos que Pablo habla de la morada terrestre que es nuestro cuerpo, el cual cuando deje de ser, nos esperará un cuerpo espiritual y eterno (5:1,2) El versículo 10 del mismo capítulo 5 dice algo muy importante. "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo". Este pasaje nos habla del tribunal de Cristo por el cual pasará todo creyente. En la Biblia se habla de dos clases de juicios: Juicio final, y Tribunal de Cristo. El Juicio final es para los perdidos, pero el Tribunal de Cristo es para recibir recompensas según las obras que hayamos hecho. Este Tribunal de Cristo no es para condenar al creyente.
Por último, el versículo 18 nos habla del ministerio de la reconciliación (5:18-21) Todos los siervos o ministros de Dios, somos como Pablo, embajadores de Dios. Un embajador es quien representa a un país. Nosotros representamos al país celestial y al Rey de dicho país.
Ya en el capítulo 6 de esta segunda carta a los corintios, el apóstol Pablo habla acerca de no ser piedra de tropiezo para nadie, para que el evangelio de Cristo no sea vituperado (3)
Podemos fácilmente ser piedra de tropiezo a otros cuando nuestras acciones no están en sinfonía con nuestras palabras. Lo que decimos debe ser respaldado con lo que hacemos. Además de esto, se nos exhorta a soportar las tribulaciones y necesidades con amor, y con el poder del Espíritu Santo.
Otro versículo importante de este capítulo 6 es el versículo 14 que habla acerca de no unirnos en yugo desigual con los incrédulos. Esto se refiere no sólo a no unirnos sentimentalmente con alguien que no comparta nuestra fe, sino también a no unirnos en negocios para no participar de las obras injustas que los incrédulos puedan hacer.
Todo esto son consejos sobre conducta para aquellos que quieran agradar al Señor.
Seguiremos estudiando los últimos capítulos de esta segunda carta a los corintios.

                                                                                                                                                                            

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