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martes, 27 de febrero de 2018

Reflexiones

La injusticia
La conmovedora historia de un hombre, encarcelado injustamente, que tiene la capacidad de visualizar en la injusticia, un motivo para continuar y ser mejor… Ella, su madre, contemplaba con infinita tristeza a su hijo. Era día de visita y a los reos se les permitía una breve entrevista. El hombre maduro, detenido injustamente, tenía ya varios meses en la cárcel.
Era una celda inmunda llena de ratas, arañas, sin ventanas y con un calor agobiante y húmedo. Ella veía ahora a un hombre que día a día se deterioraba más, los colores se le habían escapado del rostro, la piel mostraba erupciones purulentas, pero la más profunda herida era la injusticia que lo sumergía en una profunda depresión y en ese momento frente a frente con el ser que más amaba, él exclamó: ¿Por qué? ¿Por qué yo? A lo que ella simplemente y en tono de consuelo contestó:  "Así lo quiere Dios". Y su hijo respondió: ¿Acaso Dios desea el mal, la injusticia y el sufrimiento de sus hijos? No madre, así no es, si algo me lastima profundamente es ver sufrir a mis hijos como seguramente tú ahora lo sientes. Creo sinceramente que Dios sufre conmigo, y su dolor ha de ser tan profundo no sólo por mí que soy solamente uno más entre millones de víctimas de la injusticia y la maldad que es obra exclusiva de seres humanos depravados y sin valores. El mal existe para que surjan guerreros que venciéndolos nos lleven a un mundo más humano y justo, creo madre que debemos pedir perdón a Dios pues con el también cometemos la misma injusticia que han hecho conmigo, él nunca tiene ninguna responsabilidad de lo que a mí me sucedió, esto es obra de los seres humanos, no de Dios. El infierno existe y está en las cárceles, en los asilos de viejos abandonados, en los leprosarios, en los muladares en donde se violan a seres inocentes, en tugurios donde se drogan hasta convertirse en masas babeantes y sin razón, cuando existen niños que por no tener unos cuantos centavos se quedan ciegos para siempre; sí, existe el infierno, en la guerra fratricida, en la mutilación de seres humanos, cuando una madre sin sentido abandona a sus hijos, cuando un depravado viola a un pequeño; sí, el infierno existe y lo más impresionante es que lo hemos creado los propios hombres y mujeres sin escrúpulos, por ambiciones y codicias bastardas y como nosotros lo hemos creado solamente a nosotros corresponde destruirlo. El mal nos debe impulsar a la evolución, nos muestra nuestras propias equivocaciones, así el mundo ha avanzado venciendo el absurdo que los seres humanos hemos creado. ¿Por qué yo? Te pregunté hace un momento y creo que encontré la respuesta; para que esta amarga experiencia se convierta en fuerza, la adversidad en aliento, lo negativo en positivo… Está en mí, la decisión de convertirme desde ahora en un guerrero de luz para contribuir a que los infiernos desaparezcan y aportar mi vida para construir un mañana en que la justicia y la bondad sean las estrellas que conduzcan nuestro existir, entregando a Dios al momento de morir mi pequeña contribución en la grandeza de su creación…
“Tal vez tú no te encuentras en esta cruda situación, pero con seguridad atraviesas varias pruebas en tu vida que te hacen daño, depende de tu actitud para que puedas convertir la injusticia en un motivo para continuar y ser mejor. La circunstancia de hoy no debe determinar tu futuro, tienes la opción de decidir y convertir el daño y la injusticia, en los impulsores de tu Triunfo…”

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