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lunes, 23 de julio de 2018

Arqueología bíblica (2)

Hallazgo arqueológico confirma la Biblia

Recientemente, el Museo Británico anunció el descubrimiento de una extraordinaria y muy significativa inscripción cuneiforme entre su gran colección de tablillas mesopotámicas. Muchos aclaman este hallazgo como otra asombrosa prueba de la veracidad del Antiguo Testamento, y sin duda que lo es.
Mientras buscaba informes financieros entre algunos documentos babilónicos, Michael Jursa, profesor visitante de Viena, se topó con el nombre de un funcionario de la corte del rey Nabucodonosor de Babilonia. Este nombre también figura en el libro de Jeremías como uno de los oficiales del rey, aunque al deletrearse es un poco diferente.
La tablilla, de más de 2500 años de antigüedad, estuvo en la colección del museo desde 1920, pero se ignoraba su importancia. Ahora se sabe que identifica a Nabu-sharrussu-ukin como el jefe eunuco de Nabucodonosor. Esto corresponde al nombre hebreo Nebo Sarsequín mencionado en Jeremías 39:3 (Nueva Versión Internacional). En realidad, esta nueva información ayuda a resolver un problema de traducción en el versículo. La mayoría de las Biblias no contienen este nombre de manera explícita. Por ejemplo, la versión Reina-Valera menciona los nombres en Jeremías 39:3 como “Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag”.
Aquí, Samgar ha sido identificado como el nombre de un lugar relacionado con Nergal-sarezer en vez de formar parte de un nombre compuesto con Nebo, que lo sigue en esta versión. Pero en algunas traducciones más actuales, el nombre aparece como Nebo Sarsequín. Y de hecho este nuevo descubrimiento confirma que efectivamente es el nombre correcto de uno de los oficiales principales del rey Nabucodonosor. Los detractores de la Biblia que alegan que el libro de Jeremías es un relato ficticio escrito siglos después del período babilónico, se ven en serios apuros para explicar la exactitud con que se registraron los nombres de personas extranjeras de relativamente poca importancia.
Una de las dificultades que desde hace mucho tiempo han enfrentado los críticos de la Biblia tiene que ver con las numerosas menciones de nombres aparentemente insignificantes, insertados aquí y allá. Algunos especulan que fueron agregados sólo para que los relatos parecieran auténticos. Otros sugieren que ciertos personajes importantes de historias posteriores fueron incluidos solapadamente en algunos relatos antiguos para cumplir una función poética. De ser así, ¿cómo se explica la alusión a alguien como Nebo Sarsequín, una figura de poca monta de un país extranjero y que tiene un nombre difícil que nunca vuelve a ser mencionado, y que resulta ser correcto? Es obvio que el autor del libro de Jeremías estaba muy familiarizado con los detalles de los tiempos en que escribió y que se preocupó de ser preciso.
La conclusión lógica es que este libro fue indudablemente escrito por Jeremías en tiempos de la conquista de Judá por parte de los babilonios, bajo Nabucodonosor. Este descubrimiento es solamente el más reciente de muchos hallazgos arqueológicos que confirman la exactitud del libro de Jeremías. Una reciente excavación en Jerusalén dejó al descubierto una bula, que es un grabado en arcilla endurecida, con la impresión del sello que lleva el nombre de Jucal hijo de Selemías, hijo de Sevi. Esta persona, un funcionario de la corte del rey Sedequías, es mencionado en Jeremías 37:3 y 38:1-4.
Otra bula, encontrada a corta distancia de la ya mencionada, tiene grabado el nombre de Gemarías hijo de Safán, el escriba real (36:10). Y antes de ésta, se encontraron dos notables bulas que llevan el nombre del escriba de Jeremías, Baruc hijo de Nerías.Todas estas personas existieron de verdad, como lo atestigua Jeremías. Estos hechos demuestran que el libro de Jeremías relata historia verdadera, al igual que todo el resto de la Biblia.

Senaquerib


Esta placa de piedra asiria representa al rey Senaquerib orando a sus dioses. Después de la muerte de Sargón en el año 705 a.C., Senaquerib (705-682 a.C.) lo sucedió en el trono. Senaquerib es mencionado prominentemente en las Escrituras, sobre todo por su invasión al reino de Judá en el año 701 a.C., durante el reinado de Ezequías. La Biblia menciona su invasión en 2 Reyes 18:13-19:37; 2 Crónicas 32:1-22; e Isaías 36-37.
Ezequías se negó a pagar el opresivo tributo que había pagado su padre Acaz, lo que provocó una campaña de Senaquerib en contra de Judá. Tanto la Biblia como los archivos de Senaquerib indican que los asirios capturaron prácticamente todo el reino judío con excepción de Jerusalén, su capital. Al principio, Ezequías pagó tributo al rey de Asiria, pero lo único que lo salvó fue un gran milagro: la destrucción divina del ejército asirio fuera de las murallas de Jerusalén (2 Reyes 19:35).
Senaquerib, vencido y humillado, volvió a su capital donde más tarde fue asesinado por sus propios hijos.



Tiglat-pileser III


Esta placa de piedra contiene los nombres de dos gobernantes asirios que se mencionan en la Biblia: Tiglat-pileser III y Salmanasar V.

En una placa de piedra que conmemora los triunfos de un alto oficial asirio llamado Bel-harran-beli-usur, se hallan inscritos los nombres de los dos primeros reyes asirios mencionados en la Biblia. Este oficial sirvió en la corte de Tiglat-pileser III (745-727 a.C.) y de Salmanasar V (727-722 a.C.). La inscripción describe su servicio en la corte de estos dos reyes asirios y cómo fundó una ciudad a la que le dio su propio nombre.
Este mismo Tiglat-pileser es mencionado con una forma abreviada de su nombre, Pul, en 2 Reyes 15:19-20, donde se afirma que recibió dinero tributario de manos del rey israelita Manahem (h. 743 a.C.) El impuesto excesivo era práctica común en aquellos tiempos, al punto de convertirse en extorsión a escala nacional, ya que si los israelitas no pagaban ese dinero como una forma de comprar la protección, los asirios invadían y saqueaban el territorio, destruyendo sus ciudades y esclavizando a sus habitantes.
Alrededor del año 734 a.C., como se relata en el versículo 29, el rey israelita Peka se rebeló contra Tiglat-pileser, quien invadió Israel y llevó cautivos a miles de sus habitantes a otros territorios muy alejados. Al mismo tiempo Acaz, rey de Judá, despojó el templo de su oro y plata y vació el tesoro nacional para conseguir la ayuda del rey asirio en su lucha contra Peka y el rey de Siria (2 Reyes 16:5-9). Al igual que Israel, Siria fue devastada por la invasión asiria.

Tomado de http://www.indubiblia.org/

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