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lunes, 20 de febrero de 2017

Las 7 iglesias de Apocalipsis (5)

Ciudad de Sardis
  El mensaje a Sardis       
"Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas dice esto:Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate,pues,de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído,oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. (Apocalipsis 3:1-6)

Con esta iglesia de Apocalipsis entramos ya en la quinta iglesia de las siete iglesias de Asia a las cuales el Señor Jesús envía mensajes especiales tanto de ánimo como de reprensión.
Sardis fue una de las ciudades más poderosas del mundo antiguo. Hasta el año 549 a.C  fue la capital del reino de Lidia. Quedaba a unos 80 Km al este de Esmirna, estando estratégicamente ubicada sobre un monte a 300 mts de altitud, de modo que sus habitantes se sentían seguros, considerando la ciudad inexpugnable al ataque de ejércitos enemigos. Se ha dicho que Sardis permanecía como una atalaya vigilando el valle del Hermo. Sardis fue destruida por un temblor de tierra en el 17 d.C. El emperador Tiberio la eximió de impuestos para que pudiera reconstruirse. Llegó a ser famosa por su riqueza material. Fue la primera ciudad en producir monedas de oro y plata.
El nombre de Sardis es derivado de una piedra semipreciosa llamada "sardius" en latín, la cual es la cornalina en español. En Sardis vivió el famoso escritor Esopo, autor de fábulas famosas como la de la hormiga y la cigarra.
La diosa principal de Sardis era Artemisa o Diana, como en Éfeso, y en Sardis se encontraba un templo en su honor. También se adoraba a la diosa Cibeles, conocida como la "gran madre" y cuyo culto incluía orgías. Sus adoradores eran instados a castrarse. Después llegaban a ser sacerdotes eunucos, y vestían como mujeres el resto de su vida. El nombre de Sardis significa "lo que queda" "un remanente" y abarca los años históricos que va del 1.517 al 1.800. Hoy, la ciudad de Sardis se la conoce con el nombre de Sart.
La carta comienza como todas, con la presentación del Señor. En esta ocasión, Jesús se presenta como: "el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas" (Apocalipsis 3:1)
¿A qué se refiere Jesús con los siete espíritus de Dios? Si vamos a Apocalipsis 1:4 podemos leer: "Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono". Estos siete espíritus son espíritus o ángeles especiales que están delante de Dios mismo. Ellos simbolizan la perfección de Dios y de su Espíritu, en cuanto a visión e iluminación (leer Apocalipsis 4:5) Jesús también se identifica como el que tiene las "siete estrellas" Como ya hemos visto cuando estudiamos la iglesia de Éfeso, las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, que son los pastores de esas iglesias (Apocalipsis 1:20) Por lo tanto, Jesús se presenta aquí como aquel que tiene la visión perfecta sobre lo que hay en esa iglesia, así como aquel que tiene a sus ministros en su mano.
"Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto". Alguien alguna vez escribió: "No son muertos los que en dulce calma la paz disfrutan de la tumba fría; muertos son los que tienen muerta el alma, y viven todavía". Esta es la iglesia que estando viva, estaba muerta espiritualmente. La ciudad había sido próspera, y la iglesia también. Pero en el tiempo que Juan redactó Apocalipsis, a fines del primer siglo, la gloria y el poderío de Sardis ya había pasado a la historia. No obstante, los ciudadanos seguían jactándose de la importancia de la ciudad, y eso había sido traspasado a la iglesia. Había una gran diferencia entre la reputación, y la realidad de Sardis; y ocurría igual en la iglesia. Ante los ojos de los hombres, la iglesia tenía "nombre de que vives", pero Jesús les dice que estaba muerta, y lo más triste, es que ella no se daba cuenta. Seguramente que quienes contemplaban la iglesia deducían que era una congregación cuyos signos vitales eran aceptables. Es posible que fuera una iglesia con numerosas actividades, predicaciones, programas, conferencias; pero con respecto a su vida espiritual, estaban tan muertos como un cementerio. El problema de Sardis no parece ser doctrinal, o de persecución, sino espiritual. Con el tiempo Sardis es una iglesia que vive del pasado. De ahí que el Señor esté preocupado por esta situación y le amonesta a velar y afirmar las cosas que estaban para morir (vr 2) Estas son cosas muy importantes a tener en cuenta en la vida de todo cristiano. La vigilancia en seguir la sana doctrina, en perseverar en la fe, en no desviarse del camino trazado en la Palabra... Por otra parte tenemos que hacer morir todo lo terrenal en nosotros, para que nada interfiera en nuestro crecimiento espiritual.
Jesús no había hallado las obras de Sardis perfectas delante de Dios. Que triste es pensar que estás obrando, o actuando conforme Dios, y estar del todo contrario a la voluntad de Dios.
En el versículo 4 Jesús le pide a Sardis que se acuerde de lo recibido y oído, y que lo guarde y se arrepienta. Sardis había recibido en sus comienzos el verdadero evangelio. Lo había oído y lo había guardado, pero en la actualidad se había olvidado y lo había tergiversado. Ahora necesitaba arrepentirse y regresar a sus orígenes, porque si no, Jesús vendría sobre ellos como un ladrón en la noche. Todos sabemos de qué manera viene un ladrón y para qué viene. Viene de manera inesperada, y para robarte. Jesús les está diciendo a Sardis que si ellos no se arrepienten, él vendrá sobre ellos de manera inesperada y les quitará lo que se les dio. Cero que Jesús se refiere con esto a lo mismo que él decretó quitar a la iglesia de Éfeso, su candelero (la iglesia misma). Apocalipsis 1:20 Todos sabemos que Dios es quien pone, y quien quita. Dios levanta congregaciones, y Dios derriba congregaciones impías y apóstatas. Esa era la sentencia de Jesús sobre Sardis.
Sin embargo, y como ya hemos afirmado en más de una ocasión, siempre hay un remanente, y Sardis tenía "unas pocas personas que no habían manchado sus vestiduras". Aquí las vestiduras simbolizan la vida misma de la persona. Habían unos pocos en Sardis que no se habían vestido con obras, sino con fe, y permanecían en obediencia a la Palabra. Esas personas andarían con Jesús considerándolas dignas.
Las promesas para los vencedores de Sardis es que sería vestido de vestiduras blancas, no se borraría su nombre del libro de la vida, y Jesús confesaría sus nombres delante del Padre. La vestidura blanca representa la vida y la muerte de Cristo. El blanco simboliza pureza y justicia, características de la vida y obra de Cristo. La seguridad que Jesús les da a este remanente es que el nombre de ellos, escrito en el libro de la vida cuando se convirtieron, no sería borrado. Esto nos muestra que cualquier nombre escrito en ese libro de la vida, puede ser borrado si la persona apostata de su fe en la salvación de Cristo. Algo muy serio para considerar. Jesús también confesará los nombres de este remanente ante el Padre y los ángeles. Todos sabemos que Satanás siempre está acusándonos delante del Padre; no obstante, Jesús en contraste, es nuestro abogado delante del Padre. Su defensa nos otorgará un lugar de dicha en el cielo.
Con respecto al periodo histórico que corresponde a esta iglesia, Sardis es la iglesia que surge tras la Reforma. Con la entrada de la Reforma entra a la vez en muchos países la libertad religiosa. Se acaba la persecución papal, las iglesias protestantes crecen y se organizan. Estas instituciones comenzaron a desarrollar y a definir sus propios credos religiosos y sus manuales de doctrina, dando como resultado, el abandono del estudio de las Escrituras. Muchas de estas iglesias o denominaciones quedaron protegidas por el Estado, adquiriendo así, poder político y económico. Sin embargo, por los siglos XVII y XVIII surge en Europa el racionalismo y el impacto de grandes descubrimientos científicos, que pretenden borrar a Dios. A esto se le puede añadir poco más tarde, la teoría de la evolución de Darwin en el siglo XIX. El gran tema de la Reforma fue la justificación por fe, en contraste de la justificación por obras que la iglesia romana predicaba. Muchos entendieron el mensaje de la justificación por fe, y no se mancharon con el mensaje de la justificación por las obras que Roma predicaba. Muchos no se desviaron al obtener libertad religiosa de la sana doctrina y continuaron en el camino del evangelio. Muchos no se enredaron ni se mancharon con las cosas del mundo guardando su santidad. Muchos no se fascinaron ni fueron cegados por nuevas doctrinas que apartaban a la creación de su Creador. Muchos perseveraron hasta el final. 
Ésta es la iglesia de Sardis que creía estar viva con todas las nuevas oportunidades que se le brindaban, pero que estaba totalmente muerta. Ojalá que ninguna congregación cristiana salvada por fe, experimente la muerte espiritual que experimentó Sardis. Ojalá. 

  

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