lunes, 22 de mayo de 2017

El papel de la conciencia

¿De qué manera podríamos definir lo que es la conciencia? Una buena y aceptable definición sería que la conciencia es una función moral universal en el ser humano que testifica de su comportamiento y su sistema de valor moral. Es la capacidad interna que hay en las personas para enjuiciar sus actos. Podemos afirmar sin lugar a dudas que la conciencia ocupa un papel muy importante en la persona.
Sabemos que el pecado es la raíz de los problemas del hombre, y que el pecado afecta también a la conciencia del hombre de una manera que ya estaremos viendo más adelante.
La conciencia influye en la persona en tres formas: en la personalidad, en la madurez, y en el nivel de culpa de cada uno.
A continuación veremos de qué manera influye la conciencia en la persona en cada una de estas tres formas.
Personalidad. Definimos personalidad como la totalidad de las tendencias emocionales y de comportamiento de un individuo. Lo que determina su comportamiento y pensamientos. La personalidad se refiere al núcleo interno de la vida de la persona.
La conciencia del hombre afecta su personalidad; es decir, cada aspecto de su vida, su voluntad, sus pensamientos y sus sentimientos, centrándose en su naturaleza o en su parte espiritual.
Madurez.  Es el proceso dinámico de entendimiento del significado de la vida. El equilibrio entre los aspectos físicos, psicológicos, y espirituales. La conciencia también influye en la madurez de la persona. Una persona con una conciencia inmadura verá impedido el crecimiento de su personalidad. Una conciencia sana, madura, es la clave para ser una persona madura. La madurez tiene que ver con un equilibrio entre los aspectos físicos, sociales, psicológicos y espirituales de la vida. La conciencia es la parte central de la personalidad, y es necesaria para la madurez.
La palabra "conciencia" no se encuentra en la lengua hebrea. Ellos se referían a esta función como el "corazón". Por ejemplo, en Job 27:6 se lee: "Mi justicia tengo asida, y no la cederé; No me reprochará mi corazón en todos mis días".
Culpa. Con respecto a esta tercera forma en que influye la conciencia en la persona, sabemos que la función de la conciencia es moral, pues nos dice lo que es bueno y lo que es malo. Ella hace esto testificando. En su función de testificar, la conciencia considera dos cosas: Contempla al sistema de valor moral y observa el comportamiento. Cuando ambos no concuerdan con la manera en que la persona está viviendo, se experimenta culpa o dolor físico. Esto resulta en pensamientos y sentimientos de falta de dignidad, temor... Estos pensamientos a su vez afectarán su comportamiento.
Una persona puede ser culpable de dos maneras, participando su conciencia de ambas situaciones. Una de esas maneras es a través de la culpa objetiva, y la otra a través de la culpa subjetiva.
Culpa objetiva. Es la culpa real. La que experimentamos ante Dios cuando hemos pecado y lo sabemos. Pero también la culpa objetiva aparte de ser real puede ser neurótica. Esta implica el sentimiento de culpa por algo que hemos hecho pero que no es realmente malo. Un sistema de valor moral inadecuado o mal informado nos hará tener sentimientos de culpa cuando esa culpa no es tal.
Culpa subjetiva.  Tiene que ver con los sentimientos de culpa de una persona. Es el sentir de una ofensa contra nuestra propia conciencia. Implica el dolor psíquico. Es posible que una persona sea objetivamente culpable delante de Dios, pero que aún no sienta ninguna culpa subjetiva (Tal es el caso de los que adoran imágenes creyendo que está bien, pero no es correcto para con Dios)
También es posible que una persona sienta culpa y experimente los sentimientos negativos y los pensamientos que van con la culpa subjetiva, aún cuando esa persona no sea objetivamente culpable ante Dios. Esto ocurre cuando una persona infringe leyes  o valores que él cree que son verdaderos, pero que no están basados en la verdad de Dios. El psicólogo describe esto como "culpa falsa, funcional o neurótica". Pero esto es lo que la Biblia llama "conciencia débil".
El concepto del Nuevo Testamento respecto de la conciencia revela que ésta funciona como un testigo moral en el ser humano, y resulta en dolor cuando el comportamiento de éste es contrario al principio moral escrito en su naturaleza. La conciencia debe ser limpiada por la sangre de Cristo si ha de ser liberada del deseo corrupto y de la culpa. Debe ser buena en afecto y en carácter. Debe ser sincera y libre de dolor. La conciencia se puede insensibilizar y corromper si el hombre continuamente rechaza la fe, la confianza y la honestidad. Este proceso conlleva a la autodestrucción.
Tipos de conciencia.
Los términos bíblicos que se utilizan para describir las condiciones de la conciencia son: La buena conciencia, la conciencia débil, y la mala conciencia.
La buena conciencia. En las Escrituras se nos dice que la buena conciencia puede lograrse sólo por la sangre de Jesucristo. Ella debe ser lavada y limpiada del pecado. Esto se muestra en Hebreos 9:14 donde se dice: "¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?" (Leer también Hebreos 10:2 y 13:18) La buena conciencia es descrita como limpia, buena. En la salvación, se incluye el hecho de que Dios me hace una nueva persona. El me ha dado una nueva conciencia.
La conciencia débil. Este tipo de conciencia se muestra claramente en la epístola  de 1 Corintios 8. Muchas personas en Corinto llevaban un estilo de vida impío, participando en actos de idolatría. En los templos paganos, la gente ofrecía sacrificios de carne a los ídolos. Después de poner esta carne sobre el altar pagano se la utilizaba en varias maneras. Parte de esta carne se daba al sacerdote, otra, llevada al mercado y vendida, y a veces, parte era devuelta al adorador que iba a su casa y celebraba una fiesta en la que invitaba a sus amigos. Cuando los corintios vinieron a Cristo, recibieron una nueva conciencia. Cuando eran invitados a la casa de alguien y se les servía parte de esta carne que había sido ofrecida a los ídolos, experimentaban culpa a causa de que su sistema de valor moral, formado del pasado, decía que eso estaba mal. Pablo entonces les enseña que al comer infringirían sus conciencias y experimentarían culpa, aunque la carne en sí misma no era mala. Pablo les hace saber entonces que el amor debía de ser su guía, y no comer si al hacerlo, sentían trasgredir su débil conciencia. La débil conciencia es aquella que está funcionando con un sistema de valor moral inadecuado y mal informado. Esta es la culpa llamada neurótica o falsa, pero que es tan destructiva como la culpa real.
La manera de trabajar con la conciencia débil es enseñar un sistema de valor moral apropiado. Esto libera a la persona de la falsa condenación. La verdad lo libera, y ésta se da en la Palabra de Dios.
La mala conciencia. Las 4 referencias bíblicas que hablan de la mala conciencia se encuentran en Tito 1:15, 1 Timoteo 4:1,2, Hebreos 9:9 y 10:22. En estas referencias la mala conciencia es impura, manchada con pecado e insensible, porque se ha cauterizado por la violación reincidente. Los pasajes de Hebreos dicen que la mala conciencia no está preparada y es indigna de adorar o servir a Dios. La conciencia según 1 Timoteo 4:1,2 es alimentada con mentiras "espíritus engañadores" y "doctrinas de demonios". El resultado es que esas personas tienen "cauterizada" la conciencia.
La palabra "cauterizada" es la palabra griega Kausteriazo. Era una palabra que se usaba en los tiempos bíblicos para referirse a la marca que se imponía sobre los esclavos. Cauterizar es hacer algo insensible. Las Escrituras enseñan que podemos infringir tanto nuestra conciencia, que se vuelve insensible. Esta es la explicación bíblica  de que los psicólogos llaman "psicópata o sociópata". Se dice de ellas que estas personas no tienen conciencia. Ellos no sienten culpa cuando hacen algo malo.
Metas hacia una buena conciencia.
1) Experimentar un cambio de conciencia mediante la confesión, la restitución y el perdón en su relación con Dios y el hombre.
2) Vivir en obediencia a la conciencia limpia, que funciona con un sistema de valor moral basado en la verdad.
El sistema de valor moral es el resultado de una función de la mente. Se expresa mediante un proceso de integrar la información recibida de padres, educadores, sociedad, y otros medios de enseñanza (iglesia) y es el principio utilizado por la conciencia en el comportamiento de un individuo.

La conciencia, al igual que la mente, puede ser dañada por el pecado, y en el peor de los casos "cauterizada" (insensibilizada) Es importante que sea limpiada si ha de funcionar completa y apropiadamente en relación con el sistema de valor moral de la persona.

El hombre es un ser espiritual, y los problemas relacionados con la conciencia son espirituales y morales. Sólo Dios puede tratar con éxito los problemas de conciencia de las personas. Ningún psicólogo puede sanar una conciencia mala o débil, sólo, en el mejor de los casos, podrá acallar los síntomas mediante medicación, pero nunca podrá dar sanidad completa, porque los problemas de conciencia o de la mente pertenecen al área espiritual y no al área física o almática, y esa área sólo puede ser tratada por Dios.



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