lunes, 26 de noviembre de 2018

Interpretaciones erróneas de la Biblia (2)


3 Interpretación racionalista

        
El racionalista trata de exponer las Escrituras de forma que puedan ser comprendidas y aceptadas por la razón. La explicación de Lloyd Douglas del milagro de los panes y los peces en "El Manto sagrado" es ejemplo de esta clase de interpretación
Existen diversos motivos para este tipo de interpretación. La incapacidad de poder aceptar ciertos hechos bíblicos como, por ejemplo, los milagros, da con frecuencia como resultado la interpretación racionalista. Sin embargo, a veces representa una rebelión contra la credulidad no razonada o aun irracional que muchos ejercen con respecto a la Biblia. El racionalismo nos recuerda que la exégesis debe incluir el uso de la razón y que debe realizarse un esfuerzo sincero para entender el mensaje de la Biblia. Sin embargo, al racionalizar debe hacérsele saber que la razón del hombre es finita y que, por tanto, jamás podrían agotarse todos los misterios encerrados encerrados en Las Escrituras. El hombre no es tan sólo razonamiento, y debe acercarse a las Escrituras con todo lo que abarca su ser.

4. Interpretación Mitológica.

La interpretación mitológica está íntimamente relacionada con la  anterior, pues que a menudo es una de las expresiones de racionalismo. Con frecuencia, para poder desechar lo que no puede ser comprendido o aceptado por la razón, uno declara que ciertos acontecimientos son mitos, en lugar en lugar de sucesos históricos reales. Son como la cáscara de una nuez que puede arrojarse lejos tan pronto como la verdad espiritual que encierra, en este caso la masa de la nuez, es descubierta. Esta interpretación sirve para anular gran parte del aspecto histórico de las Escrituras al insistir en que no hay necesariamente una relación entre la historia y la comunicación de la verdad espiritual. Esto dará como resultado con harta frecuencia el decir que los evangelios contienen el mito de Cristo. Para quienes suscriben esta teoría, la resurrección, por ejemplo, no fue un evento histórico sino un mito cuya finalidad era enseñar la suprema verdad espiritual de que, aunque Jesús fue ejecutado, su espíritu aún vive. Y que cuando uno aprende esta importante lección espiritual, puede dejar a un lado el “cuento” que ha sido utilizado para expresarla. Ahora bien, es evidente que este tipo de enfoque emplea un principio muy importante de interpretación y evaluación, a saber, que las verdades espirituales transmitidas por las narraciones de las Escrituras son más importantes que la narración en sí y que, por consiguiente, la narración es un medio para alcanzar una finalidad. Sin embargo, aunque es cierto que la lección espiritual es el fin y, por ende, más importante que los medios, no siempre sucede que los medios carezcan absolutamente de toda importancia. Existe una diferencia entre lo más y lo menos importante por un lado, y entre lo más importante y lo insignificante, por otro. En otras palabras, con frecuencia es cierto que los medios están inseparable e inherentemente relacionados con los fines. Por esta razón, emplear la imagen de la cáscara de nuez y su contenido es a veces equivocado. En ocasiones será verdadero utilizar la imagen de una manzana. Porque el pelar una manzana de la cáscara que constituye su cubierta protectora  afectarnos su esencia y valor. O también puede usarse el ejemplo de un edificio. El cimiento de un edificio es el medio de apoyo del edificio, razón por la cual se construyó ese cimiento. Más, una vez que el edificio ha sido erigido no podemos destruir sus cimientos sin destruir a la vez el edificio mismo. Para ilustrar aún más esta idea, supongamos que un hombre, al cual llamaremos el Sr. A., va a casa de un amigo, el Sr. B., y le dice que acaba de hacer una gran donación a la iglesia como prueba de sacrificio. Basándose en este ejemplo personal ruega al Sr. B. que haga lo mismo para lograr que la iglesia pueda cumplir con sus obligaciones. El Sr. B. se siente emocionado por el ejemplo y solicitud del Sr. A. y decide que él también debe ofrecer una donación a la iglesia como prueba de auto sacrificio. Pero después de una investigación descubre que el Sr. A. le estaba haciendo un cuento, o un “mito”, referente a su propio sacrificio. El Sr. A. no había hecho ninguna ofrenda sino que había inventado el cuento para así enseñar al Sr. B. la importante lección espiritual de una vida de autosacrificio. Habiendo descubierto este hecho, ¿cuál sería la reacción del Sr. B.? ¿Tendría la súplica del Sr. A. la misma fuerza moral que tuvo anteriormente cuando pensaba que este le estaba contando algo que había sucedido en realidad? ¿O fue la historia del Sr. A simplemente un “cuento” usado como un medio para justificar los fines y que podía ser dejado a un lado sin afectar la verdad espiritual? ¿O es que estaba inseparablemente unido a la verdad espiritual que contenía? ¡Las respuestas son bien aparentes! La experiencia personal era indispensable para la lección espiritual. Así tenemos que, aunque veces podernos enseñar el contenido de ciertas verdades mediante el uso de mitos, como lo hizo Platón, los acontecimientos históricos son necesarios para ofrecer la motivación necesaria para aceptar y obedecer estas verdades. Si los mitos son capaces de tal motivación es solamente porque reflejan lo que en realidad sucede en la experiencia humana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.Si te ha gustado haz clik en;Me gusta