CON APARIENCIA DE VIDA, PERO MUERTA
Algunos árboles pueden engañarnos porque los vemos con toda la apariencia de estar vivos, porque todavía dan hojas, pero en realidad están prácticamente muertos.
A veces resulta que el corazón del árbol está ya destruido, pero todavía le queda algo de sus recursos para florecer y dar hojas. Tiene apariencia de vida, pero en verdad ya está casi muerto. Así sucede con algunas iglesias, como le ocurría a la iglesia de Sardis que aparece en Apocalipsis 3:16. Ante los ojos humanos tienen nombre y prestigio porque se mueven mucho y tienen apariencia de vida, pero en la evaluación y juicio del Señor están muertas. Recordemos el cuadro tan patético de Sansón en Jueces 16:20. Una vez que Dalila consiguió cortarle el cabello, perdió la presencia de Dios y el poder del Espíritu. Cuando le avisaron que venían los filisteos, él se levantó pensando que todo seguía igual. El siempre había vencido por la presencia y poder del Espíritu, ahora quería luchar con su propio poder y fuerzas y fue vencido y capturado. Así es a veces con los creyentes y las iglesias. ¡qué tragedia para una iglesia o creyente estar muerto y ni siquiera saberlo!
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