lunes, 3 de junio de 2019

Las parábolas (3)

Las parábolas sin contexto


¿Qué decir de las parábolas de los evangelios que se encuentran sin su contexto histórico original? Como ya hemos ilustrado este interés en el capítulo anterior con la parábola de los obreros de la viña (Mateo 20:1-16), sólo lo repasaremos brevemente aquí. Se trata de ver cuáles son los puntos de referencia y los oyentes originales.
La clave está en repetir la lectura de la parábola hasta que surjan claramente los puntos de referencia. Usualmente, esto también da una pista al instante para hallar a sus oyentes originales.
En la parábola de los obreros de la viña, hay sólo tres puntos de referencia: dueño, los obreros de todo el día y los obreros de una hora. Esto se decide fácilmente, porque ellos son los únicos que se mencionan al concluir la historia. Los oyentes originales también se determinan con facilidad. ¿Quiénes podrían ser cautivados por una historia como ésta? Obviamente, los oyentes que se identificaban con los trabajadores de todo el día, pues solamente se los enfoca a ellos al final.
El mensaje es similar al del hijo pródigo. Dios es misericordioso, y el justo no debe protestar por la generosidad de Dios. Lo que ha pasado en su contexto actual en Mateo en este caso, no obstante, es que se da el mismo mensaje a un nuevo grupo de oyentes. En el contexto del discipulado, sirve como confirmación de la generosidad de Dios, a pesar de los vituperios o el odio de otros.
También pasa lo mismo en la parábola de la oveja perdida, en Mateo 18:12-14. En el evangelio de Lucas, .esta parábola tiene un mensaje para los fariseos, junto con la moneda perdida y el hijo prodigo. Es claro que la oveja perdida es un pecador, cuyo hallazgo produce mucho gozo en el cielo. Como mensaje a los fariseos, justifica la aceptación de los despreciados por parte de Jesús; pero cuando la oyen los despreciados, les confirma que ellos son objeto de la búsqueda del amoroso pastor. En Mateo, la parábola es parte de la colección de dichos sobre relaciones dentro del Reino. En este contexto, se da el mismo mensaje: El interés de Dios por los perdidos. Aquí los "perdidos" son ovejas que se han "descarriado". En el contexto de Mateo, se refiere a la cuestión de lo que debemos hacer por los "pequeñitos", que son débiles en la fe y tienden a descarriarse. En los versículos 6-9 se dice a la comunidad de Mateo que ojalá ninguno de ellos sea responsable de hacer descarriar a uno de los "pequeñitos". En los versículos 10-14, la parábola de la oveja perdida les dice, al contrario, que deben buscar a la descarriada y volverla al redil con amor. La misma parábola, el mismo mensaje, pero para una audiencia completamente nueva.

Las parábolas del Reino

    Hasta aquí todas las ilustraciones han sido tomadas de las parábolas de conflicto entre Jesús y los fariseos. Hay además un grupo de parábolas mucho más grande - las parábolas del Reino que necesitan una mención especial. Es verdad que todas las parábolas que hemos considerados son también parábolas del Reino. Expresan el amanecer del tiempo de salvación con la venida de Jesús, pero las parábolas que vamos a estudiar aquí son las que dicen claramente: "El reino de los cielos es semejante a ... ".
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la introducción "El reino de los cielos es semejante a ... ", no se debe tomar junto al primer elemento mencionado en la parábola. Es decir, el reino de los cielos no es semejante a una semilla de mostaza, o a un mercader, o a un tesoro escondido en un campo. El significado literal de la expresión sería: "Así es con respecto al reino de los cielos... " Así que toda la parábola nos dice algo sobre las características del Reino, no uno solo de los puntos de referencia, ni uno solo de los detalles de este.
En segundo lugar, nos sentimos inclinados a tratar estas parábolas de modo diferente a las que acabamos de estudiar, como si en realidad fueran sólo instrumentos de enseñanza y no historias que demanden una reacción; pero eso sería abusar de ellas. Concedemos que los textos divinamente inspirados de Marcos 4 y Mateo 13, en su disposición actual, tienen el propósito de enseñarnos acerca del Reino, pero en su origen estas parábolas fueron parte de la proclamación misma de Jesús acerca de la llegada del Reino con su venida. Son en sí mismas los vehículos del mensaje que pide una respuesta a la invitación de Jesús y su llamamiento al discipulado.
Veamos, por ejemplo, la parábola interpretada del sembrador (Marcos 4:3-20; Mateo 13:3-23; Lucas 8:5-15), la cual Marcos considera apropiadamente como la clave para las demás. Verá usted que Jesús. lo que interpretó fueron los puntos de referencia: Los cuatro tipos de suelos son semejantes a los cuatro tipos de reacciones ante la proclamación del Reino. No obstante. el mensaje de la parábola es la urgencia de la hora: "Pongan atención a lo que oyen. Se está sembrando la palabra. el mensaje de las buenas nuevas del Reino, el gozo del perdón. la exigencia y el regalo del discipulado. Está delante de todos, de modo que escuchen y pongan atención; sean un suelo fructífero." Se debe notar también que la mayoría de estas parábolas se dirigen a los que se hallan en multitud como posibles discípulos.
Como estas parábolas son en realidad parábolas del Reino, vemos que proclaman el Reino como "ya/todavía no". pero su énfasis principal es el "ya". El Reino ya ha llegado; la hora de Dios está cerca. Por tanto. el momento presente es de gran urgencia. Tal urgencia en la proclamación de Jesús tiene un énfasis doble: (1) El juicio es inminente; el desastre y la catástrofe están cerca. (2) Por otra parte. hay buenas nuevas: la salvación es ofrecida a todos con liberalidad. Consideremos un par de parábolas que. Ilustran estos dos aspectos del mensaje.
 1. En Lucas 12:16-20 la parábola del rico insensato ha sido puesta en un contexto de actitudes hacia las posesiones. a la luz de la presencia del Reino. La parábola es de comprensión bastante fácil. Un hombre rico. por su duro trabajo. piensa que tiene la vida asegurada y descansa complacido. Sin embargo. dice Jesús en otra parte: "Todo el que quiera salvar su vida, la perderá" (Marcos 8:35 y paralelos). Así que el hombre es un insensato en el sentido bíblico: trata de vivir sin tener en cuenta a Dios. pero el desastre repentino está a punto de sobrevenirle.
 El mensaje de la parábola no es lo inesperado de la muerte. Es la urgencia de la hora. El Reino está cerca. Es necio todo aquel que vive para las posesiones. para su propia seguridad. cuando el fin está a la puerta. Observe que el contexto apoya esto. Un hombre quiere que su hermano divida la herencia con él, pero Jesús rehúsa tomar parte en el arbitraje. Su mensaje está en que el deseo de posesiones carece de importancia a la luz del momento actual.
Así es también como debemos entender la parábola más difícil de todas: la del mayordomo infiel (Lucas 16:1-8). La historia es sencilla: Un mayordomo estaba desfalcando, o malgastando el dinero de su amo. Fue llamado a rendir cuentas y supo lo que le esperaba; entonces hizo un engaño aun mayor. Dejó que los deudores redujeran sus cuentas. probablemente con la esperanza de conseguir amigos. La impresión que causa esta parábola. y la parte que es más difícil de interpretar. es que los oyentes originales esperaban la desaprobación. pero en su lugar rindió alabanza a esta mala acción.
¿Cuál podría ser el propósito de Jesús al contar una historia así? Es muy posible que trata de impresionar a sus oyentes con la urgencia del momento. Si se indignan justamente con tal historia. cuánto más deberían aplicarse la lección. Ellos estaban en la misma posición del mayordomo que vio el desastre inminente, pero la crisis que los amenazaba a ellos era mucho más terrible. Ese hombre actuó (observe que Jesús no excusa su acto); hizo algo para remediar su situación. Ahora, Jesús parece decimos que la urgencia del momento demanda acción. pues todo está en peligro de perderse.
 2. La hora urgente que demanda acción, arrepentimiento, es también el tiempo de salvación. Así que el Reino en la actualidad es también buenas nuevas. En las parábolas gemelas de Mateo 13:44·46 (el tesoro escondido y la perla de gran precio), el énfasis se pone en el gozo del descubrimiento. Los hombres de estas parábolas, en su entusiasmo, venden todo lo que tienen para obtener el tesoro y la perla. El Reino no es el tesoro; tampoco es la perla. El Reino es un don de Dios. Su descubrimiento produce un gozo indescriptible. Este mismo motivo aparece también en las tres parábolas de las cosas perdidas, en Lucas 15.
Así es como debemos aprender a leer y estudiar las parábolas. No se deben alegorizar. Hay que oírlas como llamadas para que respondamos ante Jesús y su misión.
Tomado de https://sites.google.com/a/indubiblia.org/la-lectura-eficaz-de-la-biblia/las-parabolas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.Si te ha gustado haz clik en;Me gusta