lunes, 10 de octubre de 2022

¿De qué depende la felicidad?

Rosa vende dulces en la esquina, a pocos metros de mi oficina. Ofrece golosinas, chocolates y mentas en una caja de cartón. Como todo colombiano ingenioso, la adornó con calcomanías para que ofrezca mejor aspecto. Lo poco que gana, le sirve para sostener a sus tres hijos. Su marido la abandonó. Vive en una casa miserable, pero es feliz. Sin importar si la mañana es fría o el sol radiante, ella acude a su puesto de trabajo con entusiasmo. A sus cuarenta y tantos años, sabe lo que es regresar a su hogar con poco dinero, porque las ventas fueron pésimas. Enfrenta situaciones difíciles, atraviesa crisis indescriptibles, pero es feliz.

“Mi sueño es que algún día mis hijos lleguen a graduarse como profesionales” me comentó cierto día que fui a comprarle goma de mascar.

Rosa no tiene de comodidades económicas ni siquiera seguridad social, conoce de cerca la marginalidad y la pobreza, experimenta la soledad sentimental, pero es feliz… Y esa experiencia me llevó a reflexionar, y lo comparto con ustedes: ¿Soy feliz? ¿Mi felicidad depende de lo externo o de lo interno?¿Qué papel juegan los bienes materiales para sentirme feliz?

La fuente de la felicidad

Si nuestra felicidad depende de la solvencia económica, el nivel académico, la posición social o la aceptación y aprobación de quienes están a nuestro alrededor, entonces estamos en un grave problema.

Lo material es pasajero. En cualquier momento las posesiones pueden faltar de manera sorpresiva, y los amigos quizá nos fallen.

¿Por qué muchas personas en difíciles circunstancias y pobreza absoluta son felices mientras que hay quienes tienen solidez financiera y una buena posición social y son tan infelices? La respuesta es sencilla: el problema radica en el concepto que tenemos de lo que es la felicidad.

El error es nuestro. El apóstol Pablo recomendó a los cristianos de Tesalónica: “Estad siempre gozosos. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:16-18).

Conclusión

Pablo tenía claro que la voluntad de Dios para todos nosotros es que vivamos con fe, optimismo, alegría, en síntesis: que experimentemos la felicidad. ¡Tome la decisión hacia el cambio! Su vida no será la misma.

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