Desatando las vendas

Despojándonos de nuestras vendas

La vida de una persona puede estar muchas veces atada por "vendas" espirituales que impiden que se vean las cosas de manera real y objetiva. Muchas personas presumen de tener una visión auténtica a la hora de percibir las cosas, pero ni ellas mismas pueden ver que su visión espiritual está distorsionada e impedida por vendas que necesitan ser quitadas para obtener una completa y auténtica visión.

Todos sabemos que una venda tiene la función de atar, sujetar, inmovilizar y hasta oprimir. El problema de las vendas espirituales es que nos atan en estructuras que nos impiden movernos y ver correctamente la situación real. Por tanto, desatar una venda habla de desengañarse, de salir de un estado en el cual uno se encuentra.

En la Biblia encontramos varios personajes bíblicos que estuvieron atados con "vendas espirituales"pero que tuvieron la dicha de soltarse de ellas.

Algunos de estos personajes son los siguientes:

PABLO. El famoso apóstol Pablo era un fariseo que estaba atado con vendas religiosas (Hechos 26:4,5) El pensaba que todo aquel que no fuere judío y no guardara estrictamente la ley de Moisés, estaba sin lugar a dudas, desagradando a Dios y no podría en ninguna manera ser aceptado por Dios. Por este motivo el perseguía a los cristianos pensando que estaba haciendo un bien y luchando por la causa de Dios.Sin embargo Dios tuvo que tratar con él y desatarle esa venda llamada estructura religiosa para que pudiera percibir la realidad, ser libre, y recibir la verdad. Fue en el camino a Damasco (Hechos 9) donde Dios se le reveló permitiendo que estuviera ciego por tres días para en ese tiempo, desatarle sus vendas y cambiarle completamente sus estructuras. Después de esto Pablo ya no sería igual, y pasaría de ser un perseguidor del cristianismo, a se él mismo perseguido.

JONÁS. Este siguiente personaje fue un profeta que todos conocemos bien por estar tres días en el estómago de un gran pez.

Como profeta de Dios que era, Dios le había encargado la misión de ir a predicar a Nínive, capital de los asirios, pero Jonás no quería ir (Jonás 1:1-3) ¿Porqué esta negativa de Jonás? Para comprenderlo necesitamos conocer un poco quienes eran los asirios. Ellos eran hombres de guerra sanguinarios que trataban a sus víctimas de una manera extremadamente cruel. Cuando conquistaban un lugar, solían cortar la cabeza de los oficiales y príncipes del lugar colgándolas en los muros de la ciudad y por si esto fuera poco, desollaban vivas a sus víctimas. Por esta causa Jonás no quería predicarles, porque no deseaba darles la oportunidad del arrepentimiento y la salvación. El deseaba ver a sus enemigos muertos para que su pueblo Israel fuera librado de ellos.

Pero Dios, que es misericordioso para con todos, deseaba la salvación de los ninivitas. A diferencia de las vendas de Pablo que eran religiosas, las de Jonás eran vendas de prejuicios. El veía los pecados terribles de Asiria, pero no veía los pecados de su pueblo Israel. Es por esto que Dios tuvo también que tratar con él, tanto en los tres días dentro de aquel gran pez, como después, cuando aquella calabacera que le daba sombra se secó ( Jonás 4:6-9) Jonás resultó más duro respecto a sus vendas espirituales; esas vendas de prejuicios que no quería soltar. Los prejuicios a veces pueden atar fuertemente la vida de las personas a tal punto que la controlen totalmente.

Nosotros, al igual que Pablo y Jonás y otros más, hemos venido al Señor con muchas vendas espirituales, no sólo religiosas o de prejuicios. Muchos hemos venido envueltos en vendas de miedo, rechazo, soledad. Otros hemos llegado con vendas de muerte que nos han causado depresión, angustia, amargura. Toda clase de vendas oprimen, destruyen sueños, anhelos, e impiden nuestro avance y crecimiento.

Las vendas pueden cubrir muchas partes en nosotros.

a) Las vendas pueden cubrir nuestra cabeza (2 Corintios 10:5)

En nuestra cabeza se dan los pensamientos que pueden levantar argumentos que aten nuestra libertad en Cristo. Gálatas 5:1 dice:"Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud".

Nuestros pensamientos ahora tienen que estar libres de ataduras y sometidos a la voluntad de Dios.

b) Las vendas pueden cubrir nuestros ojos.

¿Alguna vez te has puesto una venda en los ojos? Cuando está bien colocada no puedes ver absolutamente nada. Lo mismo ocurre cuando hay vendas en nuestros ojos espirituales. Ellas impiden la visión espiritual, no viendo a veces más allá de lo material. Cuando creemos por vista, y no por fe, estamos limitando nuestra visión espiritual. Nosotros creemos en un Dios que sana, liberta, salva, obra milagros...pero ¿de qué manera lo creemos, con una visión física, si no lo veo no lo creo, o con una visión espiritual?

c) Las vendas pueden cubrir nuestra boca.

Cuando nosotros no proclamamos la victoria que tenemos en Cristo, cuando no proclamamos Su poder y autoridad sobre toda enfermedad, pecado, o situación difícil, estamos atando nuestra boca con vendas que nos van a impedir tener las promesas de Dios.

Quitemos esas vendas y hablemos palabra de Dios.

d) Las vendas pueden atar nuestras manos y pies.

En la Palabra de Dios, la cual es la Biblia, las manos hablan de nuestras obras, y los pies de nuestros caminos. Cuando hay vendas que atan nuestras manos y pies lo que están impidiendo es que obremos y caminemos conforme a la voluntad de Dios. No hay nada más triste que ver a un cristiano con estas ataduras impedido de hacer nada para la gloria de Dios.

Todos podemos ser libres de esas vendas espirituales cuya única función es estorbar nuestro crecimiento espiritual. Tenemos para ello la ayuda de nuestro Dios si nosotros ponemos de nuestra parte, el cual nos dará la fuerza que necesitemos para ello.

Hagamos nuestra la palabra de Pablo que dijo: ""Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".(Filipenses 4:13)