Serie: Las Bienaventuranzas

Bienaventurados los de limpio corazón....

"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios (Mateo 5:8)

Continuamos en esta nueva semana con el estudio sobre las Bienaventuranzas que Jesús pronunció en el llamado Sermón del monte. Esta es la sexta de las Bienaventuranzas y dice así:·"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" 

Cuando leemos aquí que son bienaventurados aquellos que tienen un corazón limpio, es lógico preguntarse...¿Pero se puede tener un corazón limpio delante de Dios? ¿Puede el hombre, con su naturaleza pecaminosa, e infectado de pecados, tener un corazón limpio?

Cuando en esta Bienaventuranza se habla de aquellos que tienen un corazón limpio, no se refiere a estar limpio de todo pecado, ya que sabemos que nuestra naturaleza tiende a pecar, y que en el hombre no existe la impecabilidad (ser sin pecado) ese es un atributo que pertenece solo a la Trinidad. Luego, cuando la Biblia habla de tener un corazón limpio, se está refiriendo principalmente a tener un corazón libre de toda práctica pecaminosa que pueda contaminarlo e impedir con ello que la imagen de Cristo se perfeccione en nosotros.

Pero antes de continuar adelante, conviene que entendamos el significado de los dos términos importantes que estamos usando aquí: Corazón y limpio.La palabra "corazón" abarca el intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia; el corazón debe ser limpio en todo sentido. La palabra "limpio" es la palabra griega "Kátharos" y significa libre de mezclas impuras, sin tacha, libre de deseos corrompidos , de culpa.

El corazón limpio es el corazón no mezclado con cosas buenas y malas, si no sólo lleno de cosas buenas. En el tiempo de Jesús, era muy importante para los judíos la purificación ceremonial y externa. Sus tradiciones tenían que ver con la purificación externa sobre personas y en objetos (Mateo 15:2) A todo esto,Jesús les dijo en cierta ocasión que lo que contamina al hombre no es lo que entra en el hombre, sino lo que sale (Mateo 15:17-20; 23:25-29)

Los judíos, por tanto, consideraban que si la gente cumplía con estos actos externos, se les consideraban fieles a Dios, aunque en sus corazones hubiera odio y malicia.

Volviendo a la palabra "corazón", esta palabra se usa para referirse al asiento de la vida espiritual, y por consiguiente, corazón es:

a) Es el asiento del entendimiento (Mateo 13:15)

b)Es el asiento de los pensamientos (Mateo 9:4)

c) Es el asiento de la fe (Romanos 10:9-19)

d) Es el asiento de la conciencia (1 Juan 3:20)

e) Es el asiento de la voluntad (Romanos 6:17)

f) Es el asiento de los deseos (Mateo 5:28)

Todo esto apunta a que con el corazón uno se entristece, se regocija, se desea, se ama, se piensa, se razona, se propone, y se cree (Romanos 10:10)

Cuando Jesús, por tanto, llamó Bienaventurados a los limpios de corazón, se refería a aquellos que cumplían y eran fieles a su Palabra, porque ya dejaron atrás la codicia, la mentira, el rencor, el orgullo, la autocomplacencia, el enojo, el amor a las cosas materiales, y todas aquellas cosas que impiden el crecimiento espiritual.

La pregunta final es esta: ¿Cómo se purifica el corazón?

1) Es necesario un arrepentimiento y un volver a Dios.

2) Es necesario obedecer la voz de Dios en Su Palabra.

3) Es necesario la renovación de nuestro entendimiento (Romanos 12:2)

La promesa a los limpios de corazón es que ellos, verán a Dios.

"¿Quien subirá al monte de Jehová? ¿Y quien estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón"( Salmo 24:3,4)

No hay mayor recompensa para el ser humano, que poder ver a Dios y estar en su presencia. Si para lograrlo tenemos que limpiar nuestro corazón al negarnos a nosotros mismos, ¿lo haremos, o pondremos en juego esa salvación tan grande que Cristo nos regaló, por no desear esforzarnos por entrar en la puerta angosta? La decisión es nuestra; pero no olvidemos que los limpios de corazón son Bienaventurados porque verán a Dios.