5. Interpretación Histórica
El enfoque puramente histórico de la Biblia es justamente lo opuesto de lo que acabamos de ver. Lo emplean aquellos para quienes el estudio de las Escrituras es básicamente el estudio de la historia de ciertos pueblos. Este sistema yerra al no comprender que las Escrituras contienen mucho más que historia;
en las mismas la historia alcanza implicaciones y propósitos espirituales. La historia es el medio para alcanzar un fin. Por consiguiente no podemos limitar el proceso exegético al simple examen de los medios; debemos llegar a conocer el objetivo, si es que hemos de descubrir el significado total de las Escrituras. El punto de vista histórico, sin embargo, nos recuerda la importante verdad de que el mensaje bíblico tiene una base histórica. Lo importante que esto es en verdad lo vimos al hablar de la interpretación mitológica. Sin embargo, con todo lo importante que pueda ser la base histórica, es no más que el cimiento; la razón de ser de la base del edificio.
en las mismas la historia alcanza implicaciones y propósitos espirituales. La historia es el medio para alcanzar un fin. Por consiguiente no podemos limitar el proceso exegético al simple examen de los medios; debemos llegar a conocer el objetivo, si es que hemos de descubrir el significado total de las Escrituras. El punto de vista histórico, sin embargo, nos recuerda la importante verdad de que el mensaje bíblico tiene una base histórica. Lo importante que esto es en verdad lo vimos al hablar de la interpretación mitológica. Sin embargo, con todo lo importante que pueda ser la base histórica, es no más que el cimiento; la razón de ser de la base del edificio.
6. Interpretación alegórica
El punto de vista alegórico se usa frecuentemente, por ejemplo, en la explicación de las parábolas. En lugar de exponerlas como parábolas, es decir, como símiles extensos, que usan de este enfoque interpretativo las utilizan como alegorías o metáforas amplia. Consecuentemente, se busca un detalle espiritual en cada pequeño detalle. Sin embargo, nos encontraremos con una forma de explanación alegórica mucho más significativa y peligrosa en lo que se refiere al estudio de las narraciones históricas; ya que los que usan el enfoque alegórico a menudo aceptan estas narraciones como históricas, y en lugar de exponer su significado en vista de su condición histórica específica, las usan como alegorías para enseñar lecciones espirituales. aunque las lecciones extraídas de las mismas con frecuencia son verdaderas porque están basadas en un conocimiento general del mensaje bíblico, no tienen relación orgánica con las narraciones históricas que están siendo explicadas. Lo menos que se puede decir de este enfoque es que aparece muy atractivo pero es engañoso. Muy a menudo es casi imperceptible el traspasar los límites existentes entre la exposición gramático-histórica y la exposición alegórica. Por esta razón, la persona que se preocupa de alcanzar una verdadera exégesis debe prevenirse contra esta clase de exposición. Para comprender las razones del punto de vista alegórico, uno debe conocer su base filosófica, la cual es que el propósito de lo físico es comunicar verdades espirituales. Todo el universo es un gran sacramento. Por ejemplo, la relación entre la semilla que crece y el desarrollo del reino de Dios no es accidental. Jesús usa la imagen del grano de mostaza para describir la naturaleza de la Palabra; él comprendió la finalidad sacramental de Dios en hacer que la semilla de mostaza crezca de la forma que lo hace. La razón por la que Dios creó la generación física, haciéndola depender de su función de Padre, fue enseñar a los hombres su propio carácter y su relación con ellos. Por tanto, cuando Jesús utilizó la imagen del Padre, no estaba simplemente apuntando una semejanza entre los padres humanos y el Padre divino, sino más bien queriendo decir que la relación entre la imagen física y la concepción espiritual era esencial y hecha de propósito. Probablemente muchos de nosotros estamos de acuerdo hasta Cierto punto con esta filosofía de la vida. Sin embargo, no justificaríamos por ello el uso del punto de vista alegórico al explicar Cualquiera de las partes de las Escrituras. Porque en primer lugar es necesario una percepción interior muy especial para poder explicar correctamente el sentido espiritual del mundo físico. Pero aún más importante, el hecho es que el expositor de la Biblia no debe tener como interés principal el interpretar la vida en general sino más bien explicar válidamente pasajes determinados de la Biblia. Si esto es cierto, entonces la interpretación básica que debe hacerse el intérprete es la siguiente: ¿Qué medios está empleando el autor y cuál fue su finalidad al narrar estos eventos? Ahora bien, un autor puede usar una de las dos formas siguientes al transmitir una lección espiritual. Puede hacer uso del enfoque histórico, el cual es indirecto, o el enfoque parabólico o alegórico, el cual es indirecto. Y el primer paso que debe dar el expositor es descubrir cuál de estos dos enfoques estaba usando el escritor al interpretar el pasaje de acuerdo con lo descubierto. Si fue el método directo, entonces la exposición válida debe limitarse al método directo; si se estaba utilizando el método indirecto, entonces el expositor también debe usar el método indirecto. Ahora bien, es obvio que Jesús estaba utilizando el método indirecto en sus parábolas. Es cierto también que sus parábolas reflejan experiencias reales, pero él no estaba describiendo un hecho real, como la crucifixión. Por tanto, es válido explicar las parábolas de Jesús basándonos en los medios indirectos de comunicar la verdad espiritual. Sin embargo, tratar de explicar la crucifixión de esta forma sería ignorar su significado primordial. La crucifixión no fue una parábola; su método de comunicar la verdad es directo. En resumen, existe una diferencia esencial entre el método parabólico y alegórico de comunicar la verdad, de una parte, y el método histórico, de otra. Corresponde al intérprete descubrir cuál es el empleado por el escritor y exponer así el pasaje, si es que desea alcanzar el significado que se intentó. Debemos hacer las siguientes observaciones para aclarar aún más estos conceptos. Existe una diferencia esencial entre las conclusiones verdaderas y las conclusiones acertadas o válidas con relación a la interpretación. Las lecciones que uno puede inferir de un pasaje puede que sean verdaderas, es decir, acordes en general con los hechos bíblicos y con la realidad, por la simple razón de que uno está familiarizado con la Biblia t está capacitado para obtener conclusiones congruentes con la misma. Sin embargo, esto no quiere decir que nuestras, conclusiones representen una exégesis verdadera del pasaje. Ya que las conclusiones válidas son aquellas que emanan de un pasaje en particular y no simplemente aquellas otras que corresponden en general con la verdad contenida en la Biblia. Así tenemos que aunque el intérprete alegórico pueda derivar de una unidad lecciones que son verdaderas, no por ello han de ser acertadas. Y lo que, sobre todo, debe tratar de lograr un expositor es que sus deducciones sean acertadas.
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