Hoy día en nuestra sociedad actual, todos demandamos libertad.El hombre lucha y hasta muere por alcanzar la libertad soñada. Sabemos, y hemos visto de manifestaciones sociales en las cuales se exige libertad, ya sea para practicar el aborto, el amor libre, o para obtener ciertos derechos civiles. Se piensa que por medio de estas libertades obtenidas se podrá obtener la paz, la armonía, y hasta suplir las carencias internas del hombre. Sin embargo, los resultados mostrados cuando por fin se consiguen dichas libertades, nos llevan a la conclusión de que todo sigue igual, y que el hombre, después de haber conseguido aquello por lo que tanto había peleado, sigue teniendo en su corazón la misma insatisfacción imborrable.
Cuando en cierta ocasión, Jesús aseguró a los que preguntaban acerca de él, que los que le creyeran serían libres, algunos preguntaron extrañados:¿cómo dices tú, serás libre? Ellos enseguida comenzaron a afirmar que jamás habían sido esclavos de nadie (Juan 8:33) Sin embargo, en eso se equivocaban, pues no recordaban, o no querían hacerlo,de que manera en el pasado fueron esclavizados.
Por ejemplo, en Egipto. Allí estuvieron por más de 400 años hasta que Dios los libertó por mano de Moisés. Tampoco querían recordar como una vez establecidos en la tierra prometida, varias fueron las veces en que estuvieron sometidos por filisteos, moabitas, madianitas,y otros pueblos en el llamado "periodo de los jueces". Tampoco recordaban cómo fueron llevados cautivos a Babilonia por 70 años, o subyugados por los seleucidas en el tiempo de los Macabeos. La verdad es que descaradamente mintieron al decir que jamás habían sido esclavos de nadie, como también estaban mintiendo ya que en el presente ellos estaban siendo gobernados por el Imperio Romano.
Hoy, al igual que aquellos judíos que no entendían las palabras de Jesús al decir que " Si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres"(Juan 8:36) muchos no comprenden de qué nos puede hacer libres Jesús cuando creemos en él.
Y de ésto vamos a estar hablando a continuación.
Jesús nos hace libres de.....
EL PECADO.
El apóstol Pablo hablando de esto dijo en la epístola a los Romanos: "Y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia"(Romanos 6:18)
Desde el día que Adán y Eva pecaron, el pecado pasó a la humanidad como una enfermedad hereditaria y contagiosa. No obstante, Cristo vino a librar al hombre de la esclavitud del pecado, al morir y pagar de esta manera nuestra deuda. Sin necesidad de tener que hacerlo, y habiéndose despojado de toda gloria del cielo, por amor se hizo hombre, identificándose por ello con la humanidad para cargar con nuestros pecados. Esta acción voluntaria motivada por el amor, nos dio la libertad del pecado. Aun con todo, de esta libertad sólo se benefician aquellos que creen en Jesús como único Salvador, aceptando su sacrificio vicario.
LA MUERTE.
La muerte sobre la humanidad sobrevino por causa del pecado. Como está escrito:"La paga del pecado es muerte"(Romanos 6:23)
Esta muerte no es sólo física, sino también, y más importante,espiritual. Para una mejor comprensión necesitamos entender el significado de la palabra muerte, la cual significa "separación". Por tanto, la muerte física nos separa del cuerpo; la muerte espiritual sin embargo, nos separa de Dios.
Cuando Adán y Eva pecaron, no sólo experimentaron la muerte de sus cuerpos físicos, sino también la muerte, o separación espiritual, es decir, la separación de Dios.
Imaginemos la tragedia que debieron experimentar Adán y Eva cuando pecaron y como resultado se vieron separados de Dios su Creador.. Anteriormente ellos disfrutaban la plena comunión con Dios, hablando y paseando con Él en el huerto. Pero la situación cambió cuando el pecado se introdujo. Al pecar ellos, Dios ya no podía tener esa comunión con ellos, porque la misma santidad de Dios impedía la comunión con el pecado, del cual ya había sido impregnado el hombre. Desde ese día hubo una muerte espiritual, una separación de Dios que sólo podía resolverse al colocar Cristo su justicia sobre nosotros y reconciliarnos nuevamente con Dios.
Ahora, aunque no podamos evitar la muerte física, podemos evitar la muerte espiritual, la separación eterna de Dios. De igual manera, sabiendo que Cristo resucitó venciendo a la muerte,así nuestros cuerpos también resucitarán aunque de una manera gloriosa.
SATANÁS.
Este archienemigo del hombre lo esclaviza dominándolo para hacer las cosas que son contrarias a la voluntad de Dios. No obstante, cuando el hombre viene y acepta el señorío de Cristo sobre su vida, es liberado del poder que Satanás ejerce sobre aquellos que no tienen a Dios. Cristo nos libera del reino de Satanás y nos hace partícipes de su reino inconmovible junto a su lado.
Pero para obtener esa libertad tenemos que dejar que sea Él quien nos gobierne y arranque todo cuanto el enemigo sembró para esclavizarnos a él.
CONDENACIÓN ETERNA.
Juan 3:18 dice acerca de esto que el que no cree en Cristo ya ha sido condenado. Esto es así porque Jesús fue puesto por el Padre para recibir de Él la justificación que necesitábamos para reconciliarnos con Dios. La fe en Jesús nos libra de la condenación eterna reservada para el que muere en sus pecados rechazando la gracia de Dios dada gratuitamente a todos.
No podemos pasar por alto que el hombre ha recibido vida eterna. Esto significa que la muerte física del cuerpo no termina con la existencia humana como muchos creen. Podemos tener una vida eterna en gloria junto a Dios, o una vida terna de condenación sin Dios. Somos nosotros los que libremente elegimos y decidimos nuestra eternidad ahora, mientras estamos con vida.
Resumimos por tanto, que Jesucristo nos hace libres del pecado, la muerte, de Satanás, y de la condenación eterna.
Si somos inteligentes sabremos apreciar esta gran verdad y no dejaremos escapar la verdadera libertad que sólo nos la ofrece Cristo.
Hola querido blog,quería hacerle una pregunta,porque me siento más tentado por el diablo que por Dios?Un saludo tele adictos
ResponderEliminarSantiago 1:13 dice: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie".El único que tienta a las personas es el diablo, Dios prueba. La tentación la pone el diablo para que pequemos contra Dios y no hagamos Su voluntad. Dios prueba con la finalidad de desarrollar nuestro carácter y hacernos madurar.
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